Nuestro sol se oculto
Nuestro sol desapareció su rostro
Y en completa oscuridad nos ha dejado
Pero sabemos que otra vez volverá
Que otra vez saldrá
Y nuevamente nos alumbrará
Pero mientras allá esté y la mansión del silencio permanezca
Muy prontamente reunámonos y estrechémonos
Y en el centro de nuestro ser ocultemos
Todo lo que nuestro corazón ama
Y que sabemos que es gran tesoro
Destruyamos nuestros recintos al principio creador
Nuestras escuelas nuestros campos de pelota
Nuestros recitos para la juventud
Nuestras casas para el canto y el juego
Que nuestros caminos queden abandonados
Y que nuestros hogares nos resguarden
Hasta cuando salga nuestro nuevo sol
Los papacitos y las mamacitas
Que nunca olviden guiar a sus jóvenes
Y hacer saber a sus hijos mientras vivan
Cuan buena ha sido
Hasta ahora nuestra amada madre tierra Anahuac
Al amparo y protección de nuestro destino
por nuestro gran respeto y buen comportamiento Confirmados por nuestros antepasados
Y que nuestros papacitos muy animosamente
Sembraron en nuestro ser
Ahora nosotros les encargamos a nuestros hijos
Que no olviden informar a sus hijos
Cuan buena será, como se levantara
Y alcanzara fuerza
Y cuan bien realizara su gran destino
Esto nuestra amada madre tierra Anahuac
La tradición oral atribuye a este poema como el ultimo mensaje del Tlahtokan (consejero de gobierno) de México Tenochtitlan
A conocer como Cuahutemoc como mandato de su ultimo acto el 12 de agosto de 1521 día Ze koatl (uno serpiente)
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