En estos días he leído sobre que hermanos del norte, han declarado que hermanos del sur, no tienen "derecho" sobre las cosas, sobre lo que existe, sobre lo que se considera sagrado, tal vez tengan razón, no polemizare eso, solo que siento, que todo cuanto existe, todo cuanto pertenece al humano como regalo del aprendizaje venido del lobo y el búfalo, el águila y el jaguar o el puma y el cóndor, no pertenece solo a unos cuantos, hacer esto, seria imitar a quienes decimos que nos roban, pues entramos en el sentido de tomar "posesión" de aquello que esta ahí desde antes que supiéramos siquiera como aprender a hablar, no critico, no juzgo, es solo mi sentimiento.
Y después de leer la carta que muchos dicen que no existió y que a fin de cuentas lo que menos importa es darle veracidad a un tiempo o una persona cuando su contenido lleva mucho de lo que piensan los pueblos que daban todo por la tierra, pensé si no estamos ya tan contaminados de aquello que decimos no perjudico que vemos todo con malos ojos, no veo un conquistador cerca de mi, tampoco veo a un encomendero tal como me lo describieron, existen similitudes que no negare, y sumisión de algunos que dicen ser los que nos gobiernan, pero nada es como entonces, al menos ahora podemos protestar, aunque ello no baste para recuperar la armonía de aquellos tiempos.
Pienso que tal vez, algunos abusan como siempre ha sucedido, pero eso no debería de darnos miedo o hacer de esto un caos sin retorno, si bien es derecho de un pueblo conservar su tradición y costumbre, ello no es razon para volver todo un arquetipo o un estereotipo, del cual luego nos quejamos tanto.
No diré que la gente este mal, no diré que este bien, el bien y el mal, solo existen en base a nuestros conceptos de ello y los marcamos y definimos en base a lo que nos han enseñado o transmitido, y es en base a ello que elaboramos una justificación o penalización a nuestros actos, pero como decir si algo es realmente malo o algo es realmente bueno.
Quizá pensar que “otros” hacen daño, sea cierto, pero siento que si deseamos que nuestras tradiciones continúen, en buena medida debemos ser un poco mas abiertos, menos cerrados a que “otros” también lo compartan, después de todo algunos de esos “otros” han llevado mas allá de nuestra vista la condición de lo que nos hizo tener una identidad, puede que la llevaran llena de mentiras, de fraudes, de mitos y extrañezas, pero también llevaron mucho de lo que era realidad, de lo que era nuestra fuerza, ¿De lo que era dije? No, estoy errado, no era, sigue siendo, y seguirá, porque nuestra herencia, no es débil, siempre es fuerte.
En estos días he leído sobre que hermanos del norte, han declarado que hermanos del sur, no tienen "derecho" sobre las cosas, sobre lo que existe, sobre lo que se considera sagrado, tal vez tengan razón, no polemizare eso, solo que siento, que todo cuanto existe, todo cuanto pertenece al humano como regalo del aprendizaje venido del lobo y el búfalo, el águila y el jaguar o el puma y el cóndor, no pertenece solo a unos cuantos, hacer esto, seria imitar a quienes decimos que nos roban, pues entramos en el sentido de tomar "posesión" de aquello que esta ahí desde antes que supiéramos siquiera como aprender a hablar, no critico, no juzgo, es solo mi sentimiento.
Y después de leer la carta que muchos dicen que no existió y que a fin de cuentas lo que menos importa es darle veracidad a un tiempo o una persona cuando su contenido lleva mucho de lo que piensan los pueblos que daban todo por la tierra, pensé si no estamos ya tan contaminados de aquello que decimos no perjudico que vemos todo con malos ojos, no veo un conquistador cerca de mi, tampoco veo a un encomendero tal como me lo describieron, existen similitudes que no negare, y sumisión de algunos que dicen ser los que nos gobiernan, pero nada es como entonces, al menos ahora podemos protestar, aunque ello no baste para recuperar la armonía de aquellos tiempos.
Pienso que tal vez, algunos abusan como siempre ha sucedido, pero eso no debería de darnos miedo o hacer de esto un caos sin retorno, si bien es derecho de un pueblo conservar su tradición y costumbre, ello no es razón para volver todo un arquetipo o un estereotipo, del cual luego nos quejamos tanto.
No diré que la gente este mal, no diré que este bien, el bien y el mal, solo existen en base a nuestros conceptos de ello y los marcamos y definimos en base a lo que nos han enseñado o transmitido, y es en base a ello que elaboramos una justificación o penalización a nuestros actos, pero como decir si algo es realmente malo o algo es realmente bueno.
Quizá pensar que “otros” hacen daño, sea cierto, pero siento que si deseamos que nuestras tradiciones continúen, en buena medida debemos ser un poco mas abiertos, menos cerrados a que “otros” también lo compartan, después de todo algunos de esos “otros” han llevado mas allá de nuestra vista la condición de lo que nos hizo tener una identidad, puede que la llevaran llena de mentiras, de fraudes, de mitos y extrañezas, pero también llevaron mucho de lo que era realidad, de lo que era nuestra fuerza, ¿De lo que era dije? No, estoy errado, no era, sigue siendo, y seguirá, porque nuestra herencia, no es débil, siempre es fuerte.
Lamento que en muchos casos la ambición de unos cuantos, tenga como consecuencia que se levanten muros y que parte de nuestra gente se meta en un lugar mental parecido a esas reservaciones donde nos metieron.
Pero en vía de mientras, si se puede se seguirá compartiendo, no existen “ellos, los que son diferentes” no existen “ellos, los que no saben como hacerlo en realidad”, no existen “ellos” los que hacen las cosas a su manera y no como debe hacerse, en realidad, existimos todos, con variantes, tal como enseño la naturaleza, pues la naturaleza es cambiante, y así mismo la manera de vivir la tradición, también lo es aun con sus reglas que luego nos recuerdan cuan insignificantes somos, siempre es cambiante, aun cuando sepamos la mayor parte de las veces, como se comporta, tierna y amable, cariñosa y paciente, cosa que al parecer nosotros hemos olvidado para ser siempre como el tornado o el temblor, el volcán o el huracán.
No soy un águila un lobo o un cóndor, solo soy un hijo de la tierra, con muchos hermanos, con defectos y virtudes, y aunque deseo que todos sean como mi espejo humeando, no pueden ser copias idénticas, pues cada espejo humea a su propio ritmo, dependiendo del viento, del carbón, y el cuidado que se le tenga.
Recordemos que aunque no nos guste mucho de lo que "Ellos" hacen, que los veamos como "los otros" en realidad siempre seguirán siendo parte de "nosotros"
Quiauhcoatl Tlacatecolotl
Tlachcocan toxcal 2011
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