domingo, 17 de noviembre de 2019

La primera noche del año

La primera noche del año


¿Cuánto tiempo ha pasado entre mis momentos de ensoñamiento y mi despertar constante a cada instante en que siento que respiro?, no importa el tiempo, si es que este tiempo tanto en nubes de algodón como en sólido suelo o acuoso lugar, ha sido fiel amigo en la conclusión de lo que en la vida se ha estado buscando.

He vivido pensando mucho  en Tlazohtetl, la energía del amor, la que lleva al corazón por medio de mil caminos,  y la que hace que la mente resurja de su existencia promedio, la que hace que seas un Quetzalcoatl un gemelo precioso, un Tezcatlipoca, un espejo humeante, la que te une con Coatlicoe y Chalchitlicue.

Definición pequeña pero exacta de lo que deseaba pensar, lo que deseaba vivir, y en donde a Tlazohtetl he visto por días en mi solitario retiro,(lo llamo solitario porque en mayor medida se buscó la ausencia, la casi inexistencia del contacto con el ser que a si mismo se denomina el mas listo de la existencia, el que se llama a si mismo, humano).

La primera noche del año, suave, estremecedora a su manera, por un rato sin luz alguna en el firmamento, pues cubierto por suaves y dulces borreguitos que en el día se ven blancos, durante la ausencia del sol va pasando de oscura a clara, poco a poco, quizás dure hasta que al astro atisbe el horizonte, o tal vez continué, incluso hasta que la estrella matutina,  nos salude desde su parte mas alta.

En una noche de lluvia una de las que se vive en una especie de retorno a lo natural, la comunión con la inocencia de existir entre los seres vivos, se convierte uno en una mera sombra difuminada entre la lluvia a los ojos de curiosos que te miran vestido con gotas de agua sobre la piel o ropa que ya trallas.

Un puente de colores, es posible de ver mas allá de la vista misma, con la promesa de un tesoro legendario, si eres capaz de perseguir el sueño sin obsesionarte, sin perderte en la leyenda misma y permanecer conciente de tus alcances, tus metas, tus aspiraciones y deseos.

Por un rato que el ritmico golpeteo del agua en los caminos, resurgen miles de voces incesantes de seres sin rostro pero de agradable sonido, grillos y chicharras en su mayoría, y timbrados por otros seres de mayor tamaño, algunos extrañamente conocidos, otros confiablemente extraños, unidos en una sola melodía que pudiera extenderse por horas o solo por minutos.

La luna también por instantes en su esplendor total mostrando al conejo sonriente, que parece decir, “heme aquí, alcánzame si puedes” , nos hace meditar sobre lo que parece tenemos al alcance pero que no se puede tocar, no con el tacto pero si con el pensamiento pues si pensamos, llegamos mas allá de la luna misma y su belleza cabe en la palma de la mano.

Resuena la voz guerrera de las nubes, y sus armas dejan escapar brillantes brillos que iluminan la noche por breves momentos, luces que parecen decirnos que existen venas de un sistema imaginario de energía que juegan “escondidas” entre el cielo y la tierra, la luna se esconde, las voces callan de nuevo y el rítmico golpeteo del agua contra los caminos vuelve.

Es como respirar, es como vivir, es la continuidad en un dia de cambios constantes que nos dice que vivir es respirar, pero que entre cada respiro, deberíamos de buscar todo lo que sucede y parece estar callado entre inhalación y exhalación, ¿Te das cuenta cuanta vida existe a tu alrededor?.y entonces me repito a mi mismo lo que me hizo pensar en este escrito....

¿Cuánto tiempo ha pasado entre mis momentos de ensoñamiento y mi despertar constante a cada instante en que siento que respiro?, no importa el tiempo, si es que este tiempo tanto en nubes de algodón como en sólido suelo o acuoso lugar, ha sido fiel amigo en la conclusión de lo que en la vida se ha estado buscando.

Quiauhcoatl Tlacatecolotl
Calpulli Tlachcocan in Tlazohtla
Malacachcoatl Tenchicahuac
Atlacahualo 2012 (13 pedernal)

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