domingo, 13 de julio de 2014

Cholula

En el altiplano mexicano se encuentra una maravilla poco apreciada, o al menos poco conocida y comentada, me refiero a Cholula
 
La ciudad de Cholula estaba distribuida en barrios, su división territorial correspondía a las distintas identidades étnicas que convivían en ella. En La Historia Tolteca Chichimeca se indica que los olmecas xicalancas gobernaban la ciudad con diez señores principales, dos de ellos con los títulos Aquiach y Tlalchiac y que se continuaron usando hasta periodos posteriores. El primero de estos señores tenía una arma de águila y el segundo de jaguar y se nombraban entre los religiosos del Templo de Quetzalcoatl, nobles del barrio de Tiznquiznauac. Los iniciados en esta religión recibían una capa negra por cuatro años, después otra negra con una cenefa roja por el mismo tiempo, una roja con negro pasados los cuatro siguientes; pasados los cuales se les daba una negra para el resto de su vida. Los sacerdotes nombrados con el tìtulo de Aquiach y Tlalchiach gobernaban y elegían a los reyes que venían a Cholula a traer ofrendas a Quetzalcoatl, además se perforaban la nariz, orejas o labios, según el rango.
Cuando la estirpe Tolteca de Tula llegó a su ocaso, luego de un largo peregrinar, conquistaron y derrotaron a los olmecas xicalancas de la región; estos grupos se van a relacionar, más tarde, con los barrios que se continuaron durante la época colonial e incluso aún hoy en dia.
 
Al parecer los chichimecas llegaron a Tollan Chollolan un día 4 yerba después de visitar en su peregrinar muchos lugares; Marquina menciona que la salida de los toltecas se realizó en el 1 pedernal y que cuando llegaron a Cholula, suplicaron vivir en la comarca; se les autorizó establecerse y les proporcionaron armas viejas para su sobrevivencia; cuando estaban dispuestos a irse Tezcatlipoca les ordenó que hicieran la guerra y derrotaran a los olmecas xicalancas para ocupar el gobierno. Probablemente este pasaje de La Historia Tolteca Chichimeca se refiere a la última ocupación de Cholula y a la fundación de la nueva ciudad.
La forma de gobierno en Cholula no fue siempre la misma. Torquemada menciona que luego de su fundación, después de la destrucción de Tula, fue dirigida por un señor que dependía de los antiguos chichimecas; enseguida vino un gobierno rígido hecho por gente de guerra, cuyos dirigentes eran elegidos cada cierto tiempo. Más tarde, se estableció un gobierno formado por cuatro señores; cuando Quetzalcoatl se fue a Tlapalan llevó consigo cuatro discípulos de Cholula a los que ordenó regresaran a su ciudad.
 
hay quienes creen, que el sitio tuvo dos apogeos: el primero, contemporaneo al florecimiento de Teotihuacan, El Tajín y Monte Alban con quienes sostuvo fuertes intercambios que retroalimentaron la cultura cholulteca y el segundo,  en donde Cholula, además de controlar gran parte de la región, forma parte de un corredor cultural-comercial vía Altiplano-Oaxaca. En este momento se observa un gran número de núcleos poblacionales alrededor del valle. Poco antes de su abandono,  la llegada de los olmecas xicalancas y su asiento en Cacaxtla, su capital principal, aceleró la caída del centro.
 
Sin embargo, la decadencia no pudo ser tan drástica dada la importancia religiosa de la ciudad; algunos entierros de nobles y sacerdotes del periodo Posclásico hacen considerar al sitio como un santuario. Sin embargo, sabemos que en este último periodo la zona fue ocupada por la gente del pueblo, quienes construyeron sus casas habitación en distintos puntos de la misma; de hecho, la mayoría de los entierros encontrados son de ofrendas simples, lo que hace suponer que pertenecieron a este periodo de ocupación; situación similar ocurrió en Monte Alban, donde se construyeron casas habitación y se reutilizaron las tumbas.
Quizá para Cholula esta reocupación de lo que alguna vez fue una ciudad sagrada, va más allá del desuso del sitio; es probable que se debiera a los conflictos políticos, a la sobreexplotación del entorno y a la desnutrición como lo demuestran algunos esqueletos. Las fuentes históricas que mencionan sequías, informan que éstas obligaron a reducir el centro ceremonial, trasladándolo finalmente al centro del actual municipio; generalmente la monumentabilidad de un sitio arqueológico es proporcional al control (casi opresivo) del pueblo por parte de las altas jerarquías; las constantes modificaciones a los edificios y prácticamente a cualquier elemento arquitectónico simplemente representa un alarde de control político. Hay que recordar que algunos edificios de la última etapa de ocupación tenían evidencia de haber sido quemados.

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