En El Mayab vive un ave
misteriosa, que siempre anda sola y vive entre las ruinas. Es el
tecolote o tunkuluchú, quien hace temblar al maya con su canto, pues
todos saben que anuncia la muerte.
Algunos dicen que lo hace
por maldad, otros, porque el tunkuluchú disfruta al pasearse por los
cementerios en las noches oscuras, de ahí su gusto por la muerte, y no
falta quien piense que hace muchos años, una bruja maya, al morir, se
convirtió en el tecolote.
También existe una
leyenda, que habla de una época lejana, cuando el tunkuluchú era
considerado el más sabio del reino de las aves. Por eso, los pájaros
iban a buscarlo si necesitaban un consejo y todos admiraban su conducta
seria y prudente.
Un día, el tunkuluchú
recibió una carta, en la que se le invitaba a una fiesta que se llevaría
a cabo en el palacio del reino de las aves. Aunque a él no le gustaban
los festejos, en esta ocasión decidió asistir, pues no podía rechazar
una invitación real. Así, llegó a la fiesta vestido con su mejor traje;
los invitados se asombraron mucho al verlo, pues era la primera vez que
el tunkuluchú iba a una reunión como aquella.
De inmediato, se le dio
el lugar más importante de la mesa y le ofrecieron los platillos más
deliciosos, acompañados por balché, el licor maya. Pero el tunkuluchú no
estaba acostumbrado al balché y apenas bebió unas copas, se emborrachó.
Lo mismo le ocurrió a los demás invitados, que convirtieron la fiesta
en puros chiflidos y risas escandalosas.
Entre los más chistosos
estaba el chom, quien adornó su cabeza pelona con flores y se reía cada
vez que tropezaba con alguien. En cambio, la chachalaca, que siempre era
muy ruidosa, se quedó callada. Cada ave quería ser la de mayor gracia, y
sin querer, el tunkuluchú le ganó a las demás. Estaba tan borracho, que
le dio por decir chistes mientras danzaba y daba vueltas en una de sus
patas, sin importarle caerse a cada rato.
En eso estaban, cuando
pasó por ahí un maya conocido por ser de veras latoso. Al oír el
alboroto que hacían los pájaros, se metió a la fiesta dispuesto a
molestar a los presentes. Y claro que tuvo oportunidad de hacerlo, sobre
todo después de que él también se emborrachó con el balché.
El maya comenzó a reírse
de cada ave, pero pronto llamó su atención el tunkuluchú. Sin pensarlo
mucho, corrió tras él para jalar sus plumas, mientras el mareado pájaro
corría y se resbalaba a cada momento. Después, el hombre arrancó una
espina de una rama y buscó al tunkuluchú; cuando lo encontró, le picó
las patas. Aunque el pájaro las levantaba una y otra vez, lo único que
logró fue que las aves creyeran que le había dado por bailar y se rieran
de él a más no poder.
Fue hasta que el maya se
durmió por la borrachera que dejó de molestarlo. La fiesta había
terminado y las aves regresaron a sus nidos todavía mareadas; algunas se
carcajeaban al recordar el tremendo ridículo que hizo el tunkuluchú. El
pobre pájaro sentía coraje y vergüenza al mismo tiempo, pues ya nadie
lo respetaría luego de ese día.
Entonces, decidió
vengarse de la crueldad del maya. Estuvo días enteros en la búsqueda del
peor castigo; era tanto su rencor, que pensó que todos los hombres
debían pagar por la ofensa que él había sufrido. Así, buscó en sí mismo
alguna cualidad que le permitiera desquitarse y optó por usar su olfato.
Luego, fue todas las noches al cementerio, hasta que aprendió a
reconocer el olor de la muerte; eso era lo que necesitaba para su
venganza.
Desde ese momento, el
tunkuluchú se propuso anunciarle al maya cuando se acerca su hora final.
Así, se para cerca de los lugares donde huele que pronto morirá alguien
y canta muchas veces. Por eso dicen que cuando el tunkuluchú canta, el
hombre muere. Y no pudo escoger mejor desquite, pues su canto hace
temblar de miedo a quien lo escucha.
Somos un calpulli en Queretaro que seguimos una tradición oral ancestral , tradicion que es para todos aquellos interesados y con disposición de aprender, practicar ejercer e integrar este grupo de trabajo de práctica de tradición ancestral. Es el compromiso de los integrantes de aprender conocimientos básicos sobre cultura Mexica.
lunes, 14 de julio de 2014
La mIxteca
La Mixteca o Nacion Ñuu Savi es un vasto territorio enclavado en los estados de Guerrero, Oaxaca y Puebla.
Del lado de Guerrero comprende las regiones: Costa Chica(integrada por los municipios de Ayutla de los Libres, Azoyú, Copala, Cuajinicuilapa, Cuautepec, Florencio Villarreal o Cruz Grande, Igualapa, Ometepec, San Marcos, Tlacochistlahuaca, Xochistlahuaca, San Luis Acatlán y Teconapa); Montaña (integrada por los municipios de Alcozauca, Alpoyeca, Atlamajalcingo del Monte, Atlixtac, Copanatoyac, Cualac, Huamuxtitlán, Malimaltepec, Metlatonoc, Olinalá, Tlacopa, Tlalixtaquilla, Tlapa, Xalpatláhuac, Xochihuehuetlan, Zapotitlán Tablas) y Región Centro (comprende: Chilapa de Álvarez, Zitlala y otros municipios).
De la parte de Oaxaca comprende: Mixteca Alta, Mixteca Baja, Mixteca de la Costa (toda la Costa Chica del estado hasta llegar a Huatulco) y numerosas poblaciones de los Valles Centrales, así como algunas otras en el Istmo como por ejemplo ciudad de Mixtequilla.
Del estado de Puebla comprende una amplia franja ubicada en las Regiones Económicas de Tehuacán e Izúcar de Matamoros
La Mixteca fue en tiempos antigüos un área densamente poblada. Los mismos indígenas lo dicen en casi todas las relaciones geográficas, y Burgoa hace repetidas veces hincapié en lo numerosos que eran los mixtecos en comparación, por ejemplo, con la nación zapoteca que, según él, era muy corta.
En algunos casos, las relaciones indican el número de habitantes que había antes de la Conquista. Hasta qué punto tales datos son una mera estimación, es, naturalmente, imposible decirlo; pero según ellos, Pinotepa Nacional, que en 1580 tenía alrededor de 100 tributarios, antiguamente debió de haber contado con 100 000; en Cuahuitlán, antes de la Conquista había 40 000 hombres, y en 1580 sólo 150. Datos de este tipo los tenemos también para la zona amuzga, contigua a la de Cuahuitlán; sólo que aquí la despoblación no siempre se hizo en una forma tan tremenda como en los pueblos antes mencionados. En Los Amuzgos y Xicayán de Tovar la población pasó de 6 000 indios antiguamente, a 100 en 1580; en Ayocinapa, de 20 000 a 200; en Suchixtlahuaca, de 20 000 a 500, y en Las Estancias de Ometepec se redujeron de 10 000 a 400. Que la despoblación fue considerablemente mayor en la costa, queda corroborado por el gran número de esclavos negros que se llevaron a las tierras de don Luis de Castilla, ya en los primeros años de la Conquista. De los pueblos de la Mixteca Alta solamente Tejupan y Achiutla traen datos sobre la antigua población. Cuenta la Relación de Texupa de 1580, que "…cuando vino el Marqués a la conquista, tenía este pueblo de Texupa de doze mill yndios arriba y agora no tiene setecientos, y cinquenta yndios".
En cuanto a Achiutla, el informante de Burgoa da la cifra de 4 000 hombres casados para la población precolombina. Las relaciones de la Mixteca Baja (Acatlán, Chila, Petlalcingo y Piaztla) no dan cifras, pero dicen que los pueblos habían sufrido una grande o muy significativa disminución, y la Información… sobre la sucesión de indios estima que en 1597 había quedado la mitad de tributarios en los pueblos de Coixtlahuaca, Tequisistlán, Piaztla, Juxtlahuaca y Xicayán.
SIGNIFICADO DE APOALA
"Río que arranca"
localmente conocido como Yutsa Toho.
La palabra Apoala es de origen náhuatl, quiere decir: Atl = agua, y polos= destrucción: "agua que destruye" es el significado más aproximado. Hay interpretaciones acerca del nombre mixteco de la comunidad: Yutsa Tnuhu, según la toponimia de Bradomín y de algunos frailes que lo traducen como:Yutsa = río, Tnuhu = linaje: "Río de los Linajes". Esta traducción podría ser aceptada por ser el lugar de donde surgieron los primeros fundadores de La Mixteca, según los códices como el Nuttall y el Vindobonensis. Pero los habitantes del lugar y los pueblos circunvecinos llaman a este pueblo Yutsa To’on, que quiere decir: Yutsa = río, To’on – arranca, por lo que su traducción es Río que Arranca; esta referencia se aproxima al nombre náhuatl y también está presente en los glifos de los códices mixtecos.
APOALA EN LOS CÓDICES
Para identificar a Apoala en la historia de los códices, nos remitimos a la página 36 del Códice Zouche-Nuttall, conocido así por haber sido editado por Zelia Nuttal. Una de las interpretaciones más importantes de este códice la realizó el arqueólogo holandés Maarten Jansen:
De la soledad retirada de Apoala entre montes de lo que después fue población; este río nace del encañonado, de dos montes, que hacen en medio calle, como si fueran cortados a tajo abierto, y al pie de uno hace boca una oquedad, o cueva por donde respira violento el río que aunque no es caudaloso es bastante para un molino, y riega a un valle de sembrados, y al pueblo que llaman solariego, por primitivo de sus antiguallas. (Francisco de Burgoa, 1934, p. 274)
El río recorre el pie de la peña, como el cuerpo multicolor de la serpiente, luego, al pasar por el valle se le une otro río, en mixteco Yutsa Ndana’ma, Yutsa = río; Nda = sube; Na’ma = confesar, orar, división, separador: "río por donde se sube a meditar o reflexionar". El valle muestra la parte horizontal del cuerpo de la serpiente; estos ríos forman el Río con Manojo de Plumas, en mixteco Yutsa Toón, "Río que Arranca", de donde deriva el nombre de Apoala; al terminar el valle, las aguas se deslizan entre peñascos y al no encontrar más pendiente forman una hermosísima cascada: esto es lo que indica la cola de la serpiente.
En los glifos del Códice NuttaIl página 36 (imágen anterior), hay cuatro personajes sentados en el valle; la primera pareja la forman el Señor 1 Flor y su esposa la Señora 13 Flor; la segunda, el matrimonio de 5 Viento que lleva la máscara del dios de la Lluvia y la Señora 9 Lagarto. Por la evidencia que se tiene de la página 35 del Códice Vindobonensís, la primera pareja son los padres de la princesa 9 Lagarto: ella se casó en el pueblo de Apoala con el Señor 5 Viento. Esto completa la descripción de la página. Quedan muchas cosas sin especificar porque en cada acto hay un discurso oral con gran contenido filosófico.
todo lo largo de su frontera este, los mixtecos colindaban o convivían con los zapotecos. Sus relaciones fueron ya de paz, de guerra o de aliados contra los mexicanos, pero fundamentalmente han de haber vivido en un estado de tirantez que por fuerza debe existir entre dos grandes y crecientes poderes.
Durante esta última época los zapotecos, unidos bajo un solo rey, trataban de servirse de los mixtecos para sus propios fines y al mismo tiempo debilitarlos. Con esta mira, el rey Zaachila III hizo una alianza con los mixtecos para la campaña contra el Istmo de Tehuantepec y contra los mixes. Se dice que el rey mixteco -probablemente de Tilantongo o Coixtlahuaca- mandó 24 compañías bajo sus propios capitanes, y fueron ellos quienes soportaron todo el rigor de la campaña, quedándose con el sitio de la Mixtequilla por toda recompensa.
Este estado de cosas no escapaba a los mixtecos, y en las cercanías de Cuilapan había encuentros entre mixtecos y zapotecos. Cuando finalmente trataron los zapotecos de echarlos del Valle de Oaxaca, los mixtecos, enfurecidos, cogieron las armas y llegaron hasta Zaachila en el sur y a Chichicapa en el este; pusieron cerco a las fuerzas zapotecas en un cerro junto a Santa Catarina y Santa Ana, y fundaron varios pueblos al este de la ciudad de Oaxaca, entre ellos Xoxocotlán. Esto está corroborado por la Relación de Chichicapa, según la cual los mixtecos traían guerra contra su cacique, pero al saber que llegaban los españoles se reconciliaron zapotecos y mixtecos para unirse a los mexicanos contra los invasores.
Por esta fecha, o sea, poco antes de la llegada de los españoles, el enclave mixteco en tierra zapoteca se había además visto considerablemente reforzado. Un señor de Yanhuitlán se casó con una cuñada del rey de Teozapotlán, "el que vivió en Cuylapa porque se lo dió el señor de Teocapotlan para que allí viuiese. Entonces vinieron muchos más que abían venido antes".
La Relación de Cuilapa parece confundir este casamiento con otro que aconteció casi 300 años antes, al decir que: "En cuanto a lo que se pide de la guerra que tuvieron estos, es que como son estos gente de que se tienen en más por cierta ynjuria que se temio que se quería hazer al hijo de una yndia que vino de la misteca a casarse a teocapotlan se fue este yndio a la tierra de donde era oriundo y allí fabricó guerra y la anduvo moviendo, y finalmente estos tuvieron guerra con los de teocapotlan los quales reconociendo ventaja de estos se huyeron a tierra de teguantepec, y estos tienen por cierto y asi lo afirman (digo estos mistecos) que tenian sojuzgados a casi todos los gapotecas de los valles de guaxaca y asi les pagauan tributo y esta claro que pagándolo mitla y titicpan, y otros principales señal es que lo pagarian los que eran menos que estos.
Con sus otros vecinos tenían también guerras, pero su carácter era de litigios de fronteras entre poblados fronterizos y seguramente de poca trascendencia para las respectivas naciones. Una instancia de tales luchas fronterizas la tenemos: en el pueblo de Almoloyas, cuya cabecera y dos o tres estancias eran mixtecas y el resto cuicatecas. Como esta región es muy pobre, conseguían sus alimentos de los cuicatecos de le cañada, y cuando estos últimos se negaron a dárselos, los mixtecos tuvieron que recurrir al cacique de Yanhuitlán. Éste sujetó a todos los cuicatecos de esta zona, los que en adelante y junto con los mixtecos se convirtieron en sus tributarios.
En la Relación de Teotitlán del Camino (mazateco y mexicano), se dice que tenían guerra con la Mixteca e Ixcatlán porque "estaban como en frontera", y la de Texupa que "trayan guerra con vn señor chochon advenedizo el cual los subjetó". De lo que pasaba a lo largo de la frontera oeste nada sabemos. En el sur el poderoso rey de Tututepec llevaba guerra de conquista con todos sus vecinos: mixtecos como zapotecos. En el caso de los últimos lo recuerdan las relaciones de Mitla y Coatlán.
Ignoramos cómo los mixtecos llegaron a tener tanta influencia en un lugar que desde diez o doce siglos antes era el primer centro religioso-cultural zapoteco. Caso sospecha que data del tiempo de 8 Venado, Garra de Tigre (1011-1063), que dejó una estela en Monte Albán.
La importancia de este conquistador fue reconocida por el rey de Tula, quien le puso una nariguera especial, símbolo de su realeza. Vale además mencionar, que de acuerdo con las Relaciones de Teozapotlán y Cuilapa, se efectuó a la mitad del siglo XIII, el casamiento entre un rey de Teozapotlán y una princesa mixteca de Almoloyas, y que desde entonces vivieron mixtecos en el cercano pueblo de Cuilapan "aunque eran pocos que entonces vinieron".
Nada más natural que la princesa mixteca trajera consigo una corte de sacerdotes y artesanos que pudieran haber dado el estímulo para esta nueva cultura. Es de pensar que esta colonia fue reforzada con los años, porque llegó a tener 14,000 hombres casados, sin contar con el barrio mixteco de Teozapotlán. Una gran parte llegó al efectuarse un nuevo casamiento, entre un señor de Yanhuitlán y la hermana del rey zapoteco.
De acuerdo con Burgoa hubo ya en esta época una tentativa por parte de los zapotecos para deshacerse de los mixtecos, cuyas ricas tierras de Cuilapan rodeaban por todos a la capital zapoteca. Pero fracasaron y hacía menos de 200 años que los mixtecos habían colgado al embajador zapoteco encargado de echarlos, o sea alrededor de 1450.
1168-1350. El primer siglo de esta época debe verse a la luz de lo que pasaba en el centro de México. La caída del imperio de Tula originó una serie de movimientos migratorios y llevó a pueblos, como los toltecas, nonoalcas y los chichimecas de Xólotl y las siete tribus mencionadas en la Historia tolteca- chichimeca, a las fronteras de la región mixteca.
Según los Anales de Cuauhtitlán, fueron toltecas los que, en 1168, se establecieron en Coixtlahuaca y Tamazola; mencionan también a ciudades mazatecas, lo cual hace pensar que, en verdad, fueron los que hoy llamamos chochos-popolocas los que llegaron con los nonoalcas y que de ese tiempo data la infiltración chocha en el reino de Coixtlahuaca. Esto coincide con lo que dice la Historia tolteca-chichimeca, que después de la caída de Tula, primero salieron los nonoalcas y que no fueron seguidos de los toltecas hasta 15 años más tarde, lo que concuerda tanto con la cronología mixteca, según la cual la caída de Tula pudo haber acontecido en 1156, y la azteca en 1168.
Si antes había la posibilidad de que la zona mixteco-olmeca se extendiera hasta Amecameca y quizá Chalco, ahora, con la llegada de la gente quauhtinchantlaca, la frontera norte de La Mixteca queda fijada, cuando en el año 1174 (1298) ellos reciben de los tolteca-chichimecas de Cholula una serie de terrenos entre cuyos linderos meridionales se enumeran los pueblos de Acatlan, Chiautla, Petlalcingo, Chila y Tzotzollan (Sosola).
Por otra parte, también los señoríos de unos nietos de Xólotl establecidos en el siglo XIII en Zacatlán y Tenamític llegaban hasta la Mixteca. Qué tan profunda fue la huella dejada por esta infiltración de gente nueva, es difícil decirlo, pero sí sabemos que Coixtlahuaca llegó a ser un reino dilatado y poderosísimo, dado que en 1458 encontramos que la Mixtequilla o parte de ella dependía de Coixtlahuaca.
FUNDACIÓN DE LOS REINOS MIXTECOS
A través de los códices y las tradiciones se puede distinguir todavía otra época más, la de la formación de los reinos y cacicazgos en la Mixteca Alta. El año 692 es la fecha más temprana a que se ha llegado por medio de las genealogías dinásticas de los códices de esta región; pero Caso piensa que es posible llevarlas otro siglo más atrás, o sea hasta el año 600. Creemos que en los datos de las tradiciones citadas, y en la parte primera de los códices que tratan de los orígenes de los primeros pobladores y los primeros señores -si bien fuertemente influidos por los mitos-, se reflejan situaciones y hechos históricos.
La tradición, recogida tanto por el padre De los Reyes como por Burgoa, sobre los fundadores de las dinastías mixtecas, dice claramente que éstos fueron de un origen distinto y mucho más reciente que el resto de la población, y además, eran de filiación lingüística diferente a la de los antiguos habitantes, pero que adoptaron el idioma de estos verdaderos mixtecos. Si así fue, esta primera población era ya macro-otomangue, pero ignoramos quiénes fueron los primeros invasores de la Mixteca así como la época de su llegada, o si hubo varias inmigraciones; sin embargo, de su importante papel en la historia mixteca, no se puede dudar cuando la tradición dice que "trajeron los mandamientos y leyes a la tierra".
Códices y tradiciones parecen simbolizar las diferencias de origen por medio de distintos tipos de nacimientos: los meros mixtecos nacieron de la tierra, los nuevos señores descendieron de los árboles de Apoala y, en un caso, de Achiutla. En los códices se encuentran casamientos entre ambos tipos. Por la gran importancia dada a estos dos lugares, Apoala y Achiutla en conexión con los primeros pobladores, vamos a examinar más detenidamente las leyendas que a ellos se refieren, y su relación con las dinastías de las que hablan los códices.
Entonces encontramos que el pasaje de De los Reyes donde se dice: "los dichos señores que salieron de Apoala se habían hecho cuatro partes y se dividieron de tal suerte que se apoderaron de toda la Mixteca", parece tener su paralelo en el Códice Nuttall, donde está representada toda la peregrinación de cuatro hermanos míticos: 7 Quiahuitl, 1 Quiahuitl, 4 Coatl y 7 Coatl.
Pero es Burgoa quien liga la tradición de Apoala con los señores de Tilantongo, al decir que según un códice indígena "los hijos de aquellos árboles de Apoala… saliendo a conquistar tierras, divididos, el más alentado de ellos llegó al país de Tilantongo, y armado de arco, saetas y escudo, no hallando con quién ejercitar sus armas… juzgó que (el sol) era el defensor de aquella tierra y que se la impedía con los ardientes rayos que enviaba, y desenvainaba las saetas de la aljaba" entablando combate con el sol, mientras tanto se hacía tarde y al ver el sol ponerse todo rojo detrás de una montaña, pensó que se estaba muriendo, dejando por suya la tierra, y lo "hizo fundamento para ser un señorío y magnífico reino, el más estimado y venerado entre los reyes de esta Mixteca… de donde se extendió el lustre de todos los caciques que se dividieron en todas las cuatro partes de la Mixteca Alta y Baja, de Oriente y Ocaso, Norte y Sur".
Pero si suponemos que estas cuatro partes correspondían a las regiones nombradas por De los Reyes, veremos que podrían también identificarse con los más poderosos reinos mixtecos: Coixtlahuaca, en la Mixteca Baja; Tlaxiaco, en la cordillera hasta Putla; Tututepec, en la costa, y Tilantongo en la Mixteca Alta; cuyas casas reinantes estaban probablemente emparentadas por casamientos, según en el mismo párrafo refiere Burgoa del reino de Tilantongo, que era "el más estimado y venerado entre los reyes de esta Mixteca, con tanta estimación, que para calificarse de nobles los caciques alegan tienen algún ramo de aquel tronco".
Lo que establece una situación análoga a la de los toltecas en el centro de México. Un ejemplo de esto nos da el Expediente de Tututepec al decir que una de las cacicas era originaria de Tlaxiaco.
Otro sitio mencionado en los códices y las tradiciones es Achiutla, el centro religioso de La Mixteca. Ya vimos cómo una mujer de la dinastía pre-Tilantongo nació de un árbol en Achiutla. La leyenda, copiada por Burgoa de un códice indígena y de pinturas murales del palacio de Achiutla, se refiere a un personaje llamado Dzahuindanda y que ciertamente se puede identificar con Atonal de Coixtlahuaca, por la semejanza que existe entre los nombres atonal, que es el símbolo diurno para agua, y dzahui que quiere decir lluvia.
Solamente que, por una parte, el informante de Burgoa debe de haber fundido en uno al Atonal de los toltecas, quienes, según los Anales de Cuauhtitlán, en 1168 d. C., se establecieron en Coixtlahuaca y Tamazola (entre otras ciudades), y que en la Historia tolteca-chichimeca se menciona junto con Moquiuix, Timal y muchos otros, como hijos célebres de los chichimecas que salieron de Chicomostoc; y por otra, con Atonal, rey de Coixtlahuaca en tiempos de Moteczuma I; porque es poco probable que un pueblo que ha dado pruebas tan evidentes de su calidad de historiador como lo demuestran seis siglos de genealogías, se equivocara en sus códices acerca de lo que pasó 200 años atrás. Una deificación parece igualmente poco probable, visto que Atonal fue derrotado por Moteczuma I y traicionado por los suyos. Pero veamos lo que nos cuenta Burgoa, acerca de Dzahuindanda, quien fue
un capitán esforzadísimo que tuvieron… que gobernó los ejércitos de su iglesia, y que para poner en campaña todos los soldados que quería, tenía una gran talega o saco, y se subía a aquel monte (a legua y media al oriente de Achiutla) y por virtud superior, y en unas colinas espaciosas, se ponía en medio y haciendo oración a su dios, le pedía los soldados que quería, y sacudiendo la talega, salían de ella ejércitos copiosísimos con sus armas y rodelas y en aquel país los disciplinaba… afirman que al Emperador Moteczuma puso en tanto aprieto que lo cercó en los contornos de México …
De especial interés en este relato es la mención de "los ejércitos de su iglesia", un dato que sí debe referirse a Achiutla, que entonces quizá estaba ligada a Coixtlahuaca, mientras en otras ocasiones, según el mismo Burgoa, dependía de Tilantongo.
Hay, finalmente, una serie de indicios de que la zona mixteca estuvo fuertemente ligada a los toltecas. Las dos culturas tienen un número de rasgos en común que sólo pueden explicarse por una larga convivencia entre ambos pueblos o partes de ellos. Además, podemos suponer que tal convivencia tuvo lugar en la época inmediatamente anterior a la fundación del imperio de Tula, porque rasgos de tal importancia como son el uso de nombres personales compuestos de un primer nombre calendárico más otro (como Aguila para hombres y Quechquemill para mujeres), no son fácilmente importados y aparecen desde el mismo principio de los códices, o sea antes del siglo octavo. También la mayoría de los dioses llevan tales nombres.
La existencia del culto a Quetzalcóatl es otro rasgo de igual antigüedad; se conoce arqueológicamente y de él descendían los reyes de Tilantongo. Por último, los mixtecos tenían una versión particular del sistema calendárico: usaban los mismos portadores de años como el sistema mexicano, con la diferencia de tener doce años de retraso, en forma que, por ejemplo, un año 2 acatl azteca equivalía a 1 acatl mixteco.
Jiménez Moreno piensa que posiblemente también los toltecas seguían esta manera de contar. Si podemos fiarnos de los datos de los códices -que en apariencia son de una sorprendente fidelidad-, esta gran antigüedad de los dos primeros rasgos puede también indicar que son originarios de La Mixteca. Aquí cabe también mencionar que Jiménez, basándose en las tradiciones de que Mixcóatl se fue hacia estos rumbos y que más tarde Quetzalcóatl mandó sus enviados a la Mixteca, ha expresado alguna vez la sospecha de que Mixcoatl y el gran conquistador mixteco, 8 Venado, fueron una misma persona.
Sin embargo, de acuerdo con los códices, 8 Venado nació en 1011 y murió en 1063; Mixcoatl, en cambio, nació en 896 o 908 y falleció en 935 o 947. Por otra parte, si nos apegamos a lo que dice la leyenda de que fueron los nuevos señores -no mixtecos-, quienes trajeron los mandamientos y las leyes a esta tierra, podía ser el Valle de Morelos un posible lugar de convivencia para toltecas y mixtecos. Esta región ofrece analogías con ambas culturas, si recordamos que el Tepozteco también tenía su nombre calendárico Ometochtli (deidad además de la gente mexicana de Piaztla), y ciertas semejanzas apreciables en las ruinas de Xochicalco. Además Xochicalco principia alrededor de 750 d. C., o sea en una fecha muy cercana a la fundación de las dinastías reinantes de la Mixteca Alta, según los códices.
Si estas influencias les llegaron del norte, algunos de sus portadores tienen que haber sido fuertemente nahuatizados y, mientras la mayoría fue absorbida por los verdaderos mixtecos y adoptaron su idioma, otros deben de haberse conservado más puros. Esto explicaría la existencia del mexicano "corruto" de la provincia de Totola que se habló en Piaztla, y quizá el aislado dialecto mexicano hablado por los "chichimecas" del puerto de Huatulco. Este último lugar formaba parte del reino de Tututepec.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Los datos para la organización social son escasos e inconexos, en lo que se refiere a términos de parentesco y organización clánica; y en cuanto a los casamientos, son interesantísimos, únicos en Mesoamérica por su extensión y autenticidad. Este contraste entre la escasez de datos referentes a la gran masa del pueblo mixteco frente a un abundante material acerca de una limitada sección de su sociedad, como lo son las genealogías reales de Tilantongo y Teozacualco, desvirtúa forzosamente cualquier imagen de la sociedad mixteca. Siendo así la situación, hemos tenido muchas veces que recurrir a comparaciones, y las interpretaciones dadas resultan por lo tanto hipotéticas.
Sin embargo, las investigaciones modernas que se hagan en el campo podrán solucionar varios de los problemas que aquí surgen; ante todo, sobre el sistema de términos de parentesco, y en algún grado lo relativo a reglas de casamiento y herencia de tierras, permitiendo así clasificar el tipo de organización social de los mixtecos.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA La Mixteca estaba básicamente dividida en un gran número de señoríos formados cada uno por un pueblo y su comarca inmediata, que en algunos casos equivalía a un centro ceremonial con sus rancherías. En el momento de la Conquista, la mayoría de ellos se hallaban agrupados en una serie de provincias o principados de diversos tamaños, mientras otros seguían independientes. A los más grandes, como Coixtlahuaca, Tilantongo, Tlaxiaco y Tututepec se les otorga en las crónicas el título de reinos. A la cabeza de cada uno de estos reinos estaba una ciudad que, ya fuera por el mayor prestigio del linaje de sus caciques, su importancia como centro religioso o simplemente por su riqueza o fuerza militar, había logrado poner bajo su dominio a los señoríos vecinos. A esto hay que añadir guerras, alianzas y casamientos para conservar y aumentar el reinado. Además existían convenios estilo feudal, en que un cacique poderoso se comprometía a defender a un pequeño señorío agrícola a cambio de un tributo. Hasta qué punto los reyes de tales ciudades ejercían su soberanía sobre los señoríos sujetados, es difícil saberlo, porque estos últimos parecen haber gozado de una considerable libertad en sus asuntos internos. Su principal obligación para con el rey era pagarle un tributo y, en caso de guerra, darle soldados; de otro modo no se explica que un pueblo como Yanhuitlán, que dependía de Tilantongo o de Coixtlahuaca, fuese lo bastante poderoso para poblar Cuilapan y para casar a una de sus cacicas con un príncipe zapoteco. Si así fue, los reinos mixtecos fueron más bien una confederación de señoríos que "estados" absolutos.
Tales federaciones no deben de haber sido muy estables, ya que los señoríos de las periferias se desligaban con mucha facilidad pasando a formar parte de otro reino cercano o quedando independiente según mejor convenía a su política.
Una excepción ofrecía probablemente Tututepec, el reino más poderoso de La Mixteca, que se extendía sobre más de 200 km a lo largo de la costa pacífica, desde la frontera de Guerrero hasta el puerto de Huatulco. Tenemos la impresión de que su dominio fue mucho más absoluto, porque según la Relación de Cozautepec tenía este pueblo un gobernador de Tututepec que nombraba principales, ayudas, etcétera. Tales medidas se explican, eventualmente, por el hecho de que mientras los demás reinos -salvo Coixtlahuaca, que era centro chocho con una mayoría mixteca- fueron mucho más uniformes en su composición étnica, Tututepec tenía bajo su dominio a pueblos amuzgos, mexicanos y zapotecas y quizá todavía otros, ya que la frontera con Guerrero ofrece un gran número de dialectos locales. Sin embargo, ni la gran diversidad de unidades políticas ni las diferencias dialectales parecen haber excluido la existencia de un sentimiento nacionalista mixteco. Fueron considerados como una nación por todos los cronistas: Herrera habla del reino mixteco y hasta Burgoa, al discutir las guerras y alianzas con los zapotecos, los trata como una unidad bajo el rey mixteco. Esto sugiere que uno de los varios reinos existentes gozaba de un prestigio y una preponderancia especial. Finalmente, en casos de agresión e insurrección, se reunían grandes partes de La Mixteca.
GOBIERNO
A la cabeza de cada pueblo estaba un cacique hereditario, quien -en principio- era su máxima autoridad, un señor de horca y cuchillo. Sin embargo, en la mayoría de los casos este poder absoluto fue considerablemente limitado por la existencia de ayudantes, consejeros y regidores. Claro está que tal situación no excluye la posibilidad de que en algunos pequeños cacicazgos el cacique gobernase solo, como lo dicen sus relaciones; pero podemos aceptar como un hecho que el resto de los señores no fallaba en ningún caso importante, sin antes haber tomado parecer a sus consejeros, los cuales a su vez se regían por un cuerpo de leyes tradicionales.
De los poderes y funciones de los caciques, el único que se especifica en las Relaciones es el de juez, o, con las palabras de la Relación de Juxtlahuaca: "…les servían como á Señores sin Replica. Se abia de hazer y poner en execución / lo que el cacique mandava aunque mandase quitar las vidas, a todos los del pueblo."
Podemos presuponer que también fue jefe supremo en tiempo de guerra. En cuanto a la religión, veremos cómo el cacique escogía a los niños que entraban en los templos y que más tarde debían ser sacerdotes, y que también en caso de delito era juez de los sacerdotes, pero por lo demás no parece haber intervenido en los asuntos religiosos.
El primer tipo de organización política que nos presentan las Relaciones geográficas es el de gobierno por el cacique solo. Pueblos de este tipo fueron Nochixtlán, Almoloyas, Mitlatongo, Tamazola, Teozacualco, Los Peñoles, Zacatepec y Cahuitlán con su partido. Mas es casi seguro que todos ellos tuvieron una organización más complicada, por el estilo de algunos de los tipos que en seguida discutiremos, y que su aparente simplicidad se debe a una omisión, especialmente por tratarse de relaciones muy someras.
El siguiente tipo está representado por los pueblos de la zona occidental (amuzgo-mixteco y mixteco puro) y se caracteriza por gobierno de un cacique, quien empleaba a sus parientes como intermediarios. Como ejemplo puede servir la Relación de Justlahuaca.
El gobierno que tenian era obedecer lo que sus caciques les mandaban, los cuales siempre tenian en sus casas cercanos parientes que vivian / en otra parte de donde el cacique estava y á estos acudian todos los demas naturales del pueblo y les davan cuenta de sus negocios. / y estos comunicaban todo lo que el cacique queria .
El tipo más evolucionado de gobierno mixteco lo encontramos en los pueblos de la Mixteca Baja, donde el cacique dependía, por completo de sus consejeros, principales o sacerdotes. Del primer tipo, o sea, con un consejo de principales, fueron los pueblos de Chila, Petlalcingo y Piaztla; citaremos la primera de estas Relaciones:
Nos queda una última variante de organización política, la cual proviene del pueblo de Tejupan (mixteco y chocho), y que se distingue de los demás por ser el único lugar donde el cacique no tornaba una parte activa en el gobierno, pues dice: "Este principal y cacique ponia otro indio principal que los governase, y este ponia vno en cada barrio, que los rrigiese".
Henos aquí al frente de una serie de datos, que por diversos e incompletos dificultan -como siempre- formular conclusiones acerca de lo que fue la típica organización política entre los mixtecos. La más difundida parece, sin embargo, haber sido la de un gobierno por cacicazgo hereditario ayudado por un consejo de ancianos nobles (¿parientes del cacique?). Nos inclinamos a pensar que los diversos aspectos que anteriormente se discutieron existiesen, y que es dentro del campo de la organización política y social donde hay.que esperar encontrar diferencias muy significativas de la cultura mixteca vista en conjunto.
Del lado de Guerrero comprende las regiones: Costa Chica(integrada por los municipios de Ayutla de los Libres, Azoyú, Copala, Cuajinicuilapa, Cuautepec, Florencio Villarreal o Cruz Grande, Igualapa, Ometepec, San Marcos, Tlacochistlahuaca, Xochistlahuaca, San Luis Acatlán y Teconapa); Montaña (integrada por los municipios de Alcozauca, Alpoyeca, Atlamajalcingo del Monte, Atlixtac, Copanatoyac, Cualac, Huamuxtitlán, Malimaltepec, Metlatonoc, Olinalá, Tlacopa, Tlalixtaquilla, Tlapa, Xalpatláhuac, Xochihuehuetlan, Zapotitlán Tablas) y Región Centro (comprende: Chilapa de Álvarez, Zitlala y otros municipios).
De la parte de Oaxaca comprende: Mixteca Alta, Mixteca Baja, Mixteca de la Costa (toda la Costa Chica del estado hasta llegar a Huatulco) y numerosas poblaciones de los Valles Centrales, así como algunas otras en el Istmo como por ejemplo ciudad de Mixtequilla.
Del estado de Puebla comprende una amplia franja ubicada en las Regiones Económicas de Tehuacán e Izúcar de Matamoros
La Mixteca fue en tiempos antigüos un área densamente poblada. Los mismos indígenas lo dicen en casi todas las relaciones geográficas, y Burgoa hace repetidas veces hincapié en lo numerosos que eran los mixtecos en comparación, por ejemplo, con la nación zapoteca que, según él, era muy corta.
En algunos casos, las relaciones indican el número de habitantes que había antes de la Conquista. Hasta qué punto tales datos son una mera estimación, es, naturalmente, imposible decirlo; pero según ellos, Pinotepa Nacional, que en 1580 tenía alrededor de 100 tributarios, antiguamente debió de haber contado con 100 000; en Cuahuitlán, antes de la Conquista había 40 000 hombres, y en 1580 sólo 150. Datos de este tipo los tenemos también para la zona amuzga, contigua a la de Cuahuitlán; sólo que aquí la despoblación no siempre se hizo en una forma tan tremenda como en los pueblos antes mencionados. En Los Amuzgos y Xicayán de Tovar la población pasó de 6 000 indios antiguamente, a 100 en 1580; en Ayocinapa, de 20 000 a 200; en Suchixtlahuaca, de 20 000 a 500, y en Las Estancias de Ometepec se redujeron de 10 000 a 400. Que la despoblación fue considerablemente mayor en la costa, queda corroborado por el gran número de esclavos negros que se llevaron a las tierras de don Luis de Castilla, ya en los primeros años de la Conquista. De los pueblos de la Mixteca Alta solamente Tejupan y Achiutla traen datos sobre la antigua población. Cuenta la Relación de Texupa de 1580, que "…cuando vino el Marqués a la conquista, tenía este pueblo de Texupa de doze mill yndios arriba y agora no tiene setecientos, y cinquenta yndios".
En cuanto a Achiutla, el informante de Burgoa da la cifra de 4 000 hombres casados para la población precolombina. Las relaciones de la Mixteca Baja (Acatlán, Chila, Petlalcingo y Piaztla) no dan cifras, pero dicen que los pueblos habían sufrido una grande o muy significativa disminución, y la Información… sobre la sucesión de indios estima que en 1597 había quedado la mitad de tributarios en los pueblos de Coixtlahuaca, Tequisistlán, Piaztla, Juxtlahuaca y Xicayán.
SIGNIFICADO DE APOALA
"Río que arranca"
localmente conocido como Yutsa Toho.
La palabra Apoala es de origen náhuatl, quiere decir: Atl = agua, y polos= destrucción: "agua que destruye" es el significado más aproximado. Hay interpretaciones acerca del nombre mixteco de la comunidad: Yutsa Tnuhu, según la toponimia de Bradomín y de algunos frailes que lo traducen como:Yutsa = río, Tnuhu = linaje: "Río de los Linajes". Esta traducción podría ser aceptada por ser el lugar de donde surgieron los primeros fundadores de La Mixteca, según los códices como el Nuttall y el Vindobonensis. Pero los habitantes del lugar y los pueblos circunvecinos llaman a este pueblo Yutsa To’on, que quiere decir: Yutsa = río, To’on – arranca, por lo que su traducción es Río que Arranca; esta referencia se aproxima al nombre náhuatl y también está presente en los glifos de los códices mixtecos.
APOALA EN LOS CÓDICES
Para identificar a Apoala en la historia de los códices, nos remitimos a la página 36 del Códice Zouche-Nuttall, conocido así por haber sido editado por Zelia Nuttal. Una de las interpretaciones más importantes de este códice la realizó el arqueólogo holandés Maarten Jansen:
… aparece el Río con Manojo de Plumas en un conjunto de elementos toponímicos, que efectivamente se puede identificar en el actual Apoala. El pueblo de Apoala está situado en un valle pequeño, que hasta en la actualidad respira una atmósfera muy especial. En el Norte y en el Sur de este valle se levantan peñascos altos, que se juntan en el poniente, donde el Río de Apoala ha cortado una estrecha barranca, en la entrada de la cual se encuentra el manantial principal de este río. (Maarten Jansen, 1980, p.21)El río nace donde se juntan las peñas referidas, ese lugar se conoce, en mixteco, como Yayi Koo Maa: Cueva de la Culebra (en el glifo se aprecian las fauces de una serpiente). En su interior hay dos cámaras; en una se desciende para observar una laguna de regular tamaño con leyendas importantes; en la otra, se sube por un boquete muy estrecho, en el interior hay estalactitas y estalagmitas de diferentes tamaños y figuras caprichosas; existe una imagen de una mitra como la de los arzobispos, por lo que ahora le llaman Cueva del Arzobispo. También existen pequeños apartamentos que parecen confesionarios donde sólo cabe una persona, esto hace pensar que el lugar fue un centro ceremonial y de meditación. En el Códice Nuttall, se aprecia la peregrinación de cuatro sacerdotes encabezados por 7 Serpiente y 4 Serpiente, seguidos por 1 Lluvia y 7 Lluvia, éste lleva la máscara del dios de la Lluvia, y se dirigen hacia las fauces de la serpiente con diferentes ofrendas como en una ceremonia: esto es lo enigmático de la cueva.
De la soledad retirada de Apoala entre montes de lo que después fue población; este río nace del encañonado, de dos montes, que hacen en medio calle, como si fueran cortados a tajo abierto, y al pie de uno hace boca una oquedad, o cueva por donde respira violento el río que aunque no es caudaloso es bastante para un molino, y riega a un valle de sembrados, y al pueblo que llaman solariego, por primitivo de sus antiguallas. (Francisco de Burgoa, 1934, p. 274)
El río recorre el pie de la peña, como el cuerpo multicolor de la serpiente, luego, al pasar por el valle se le une otro río, en mixteco Yutsa Ndana’ma, Yutsa = río; Nda = sube; Na’ma = confesar, orar, división, separador: "río por donde se sube a meditar o reflexionar". El valle muestra la parte horizontal del cuerpo de la serpiente; estos ríos forman el Río con Manojo de Plumas, en mixteco Yutsa Toón, "Río que Arranca", de donde deriva el nombre de Apoala; al terminar el valle, las aguas se deslizan entre peñascos y al no encontrar más pendiente forman una hermosísima cascada: esto es lo que indica la cola de la serpiente.
En los glifos del Códice NuttaIl página 36 (imágen anterior), hay cuatro personajes sentados en el valle; la primera pareja la forman el Señor 1 Flor y su esposa la Señora 13 Flor; la segunda, el matrimonio de 5 Viento que lleva la máscara del dios de la Lluvia y la Señora 9 Lagarto. Por la evidencia que se tiene de la página 35 del Códice Vindobonensís, la primera pareja son los padres de la princesa 9 Lagarto: ella se casó en el pueblo de Apoala con el Señor 5 Viento. Esto completa la descripción de la página. Quedan muchas cosas sin especificar porque en cada acto hay un discurso oral con gran contenido filosófico.
todo lo largo de su frontera este, los mixtecos colindaban o convivían con los zapotecos. Sus relaciones fueron ya de paz, de guerra o de aliados contra los mexicanos, pero fundamentalmente han de haber vivido en un estado de tirantez que por fuerza debe existir entre dos grandes y crecientes poderes.
Durante esta última época los zapotecos, unidos bajo un solo rey, trataban de servirse de los mixtecos para sus propios fines y al mismo tiempo debilitarlos. Con esta mira, el rey Zaachila III hizo una alianza con los mixtecos para la campaña contra el Istmo de Tehuantepec y contra los mixes. Se dice que el rey mixteco -probablemente de Tilantongo o Coixtlahuaca- mandó 24 compañías bajo sus propios capitanes, y fueron ellos quienes soportaron todo el rigor de la campaña, quedándose con el sitio de la Mixtequilla por toda recompensa.
Este estado de cosas no escapaba a los mixtecos, y en las cercanías de Cuilapan había encuentros entre mixtecos y zapotecos. Cuando finalmente trataron los zapotecos de echarlos del Valle de Oaxaca, los mixtecos, enfurecidos, cogieron las armas y llegaron hasta Zaachila en el sur y a Chichicapa en el este; pusieron cerco a las fuerzas zapotecas en un cerro junto a Santa Catarina y Santa Ana, y fundaron varios pueblos al este de la ciudad de Oaxaca, entre ellos Xoxocotlán. Esto está corroborado por la Relación de Chichicapa, según la cual los mixtecos traían guerra contra su cacique, pero al saber que llegaban los españoles se reconciliaron zapotecos y mixtecos para unirse a los mexicanos contra los invasores.
Por esta fecha, o sea, poco antes de la llegada de los españoles, el enclave mixteco en tierra zapoteca se había además visto considerablemente reforzado. Un señor de Yanhuitlán se casó con una cuñada del rey de Teozapotlán, "el que vivió en Cuylapa porque se lo dió el señor de Teocapotlan para que allí viuiese. Entonces vinieron muchos más que abían venido antes".
La Relación de Cuilapa parece confundir este casamiento con otro que aconteció casi 300 años antes, al decir que: "En cuanto a lo que se pide de la guerra que tuvieron estos, es que como son estos gente de que se tienen en más por cierta ynjuria que se temio que se quería hazer al hijo de una yndia que vino de la misteca a casarse a teocapotlan se fue este yndio a la tierra de donde era oriundo y allí fabricó guerra y la anduvo moviendo, y finalmente estos tuvieron guerra con los de teocapotlan los quales reconociendo ventaja de estos se huyeron a tierra de teguantepec, y estos tienen por cierto y asi lo afirman (digo estos mistecos) que tenian sojuzgados a casi todos los gapotecas de los valles de guaxaca y asi les pagauan tributo y esta claro que pagándolo mitla y titicpan, y otros principales señal es que lo pagarian los que eran menos que estos.
Con sus otros vecinos tenían también guerras, pero su carácter era de litigios de fronteras entre poblados fronterizos y seguramente de poca trascendencia para las respectivas naciones. Una instancia de tales luchas fronterizas la tenemos: en el pueblo de Almoloyas, cuya cabecera y dos o tres estancias eran mixtecas y el resto cuicatecas. Como esta región es muy pobre, conseguían sus alimentos de los cuicatecos de le cañada, y cuando estos últimos se negaron a dárselos, los mixtecos tuvieron que recurrir al cacique de Yanhuitlán. Éste sujetó a todos los cuicatecos de esta zona, los que en adelante y junto con los mixtecos se convirtieron en sus tributarios.
En la Relación de Teotitlán del Camino (mazateco y mexicano), se dice que tenían guerra con la Mixteca e Ixcatlán porque "estaban como en frontera", y la de Texupa que "trayan guerra con vn señor chochon advenedizo el cual los subjetó". De lo que pasaba a lo largo de la frontera oeste nada sabemos. En el sur el poderoso rey de Tututepec llevaba guerra de conquista con todos sus vecinos: mixtecos como zapotecos. En el caso de los últimos lo recuerdan las relaciones de Mitla y Coatlán.
Ignoramos cómo los mixtecos llegaron a tener tanta influencia en un lugar que desde diez o doce siglos antes era el primer centro religioso-cultural zapoteco. Caso sospecha que data del tiempo de 8 Venado, Garra de Tigre (1011-1063), que dejó una estela en Monte Albán.
La importancia de este conquistador fue reconocida por el rey de Tula, quien le puso una nariguera especial, símbolo de su realeza. Vale además mencionar, que de acuerdo con las Relaciones de Teozapotlán y Cuilapa, se efectuó a la mitad del siglo XIII, el casamiento entre un rey de Teozapotlán y una princesa mixteca de Almoloyas, y que desde entonces vivieron mixtecos en el cercano pueblo de Cuilapan "aunque eran pocos que entonces vinieron".
Nada más natural que la princesa mixteca trajera consigo una corte de sacerdotes y artesanos que pudieran haber dado el estímulo para esta nueva cultura. Es de pensar que esta colonia fue reforzada con los años, porque llegó a tener 14,000 hombres casados, sin contar con el barrio mixteco de Teozapotlán. Una gran parte llegó al efectuarse un nuevo casamiento, entre un señor de Yanhuitlán y la hermana del rey zapoteco.
De acuerdo con Burgoa hubo ya en esta época una tentativa por parte de los zapotecos para deshacerse de los mixtecos, cuyas ricas tierras de Cuilapan rodeaban por todos a la capital zapoteca. Pero fracasaron y hacía menos de 200 años que los mixtecos habían colgado al embajador zapoteco encargado de echarlos, o sea alrededor de 1450.
1168-1350. El primer siglo de esta época debe verse a la luz de lo que pasaba en el centro de México. La caída del imperio de Tula originó una serie de movimientos migratorios y llevó a pueblos, como los toltecas, nonoalcas y los chichimecas de Xólotl y las siete tribus mencionadas en la Historia tolteca- chichimeca, a las fronteras de la región mixteca.
Según los Anales de Cuauhtitlán, fueron toltecas los que, en 1168, se establecieron en Coixtlahuaca y Tamazola; mencionan también a ciudades mazatecas, lo cual hace pensar que, en verdad, fueron los que hoy llamamos chochos-popolocas los que llegaron con los nonoalcas y que de ese tiempo data la infiltración chocha en el reino de Coixtlahuaca. Esto coincide con lo que dice la Historia tolteca-chichimeca, que después de la caída de Tula, primero salieron los nonoalcas y que no fueron seguidos de los toltecas hasta 15 años más tarde, lo que concuerda tanto con la cronología mixteca, según la cual la caída de Tula pudo haber acontecido en 1156, y la azteca en 1168.
Si antes había la posibilidad de que la zona mixteco-olmeca se extendiera hasta Amecameca y quizá Chalco, ahora, con la llegada de la gente quauhtinchantlaca, la frontera norte de La Mixteca queda fijada, cuando en el año 1174 (1298) ellos reciben de los tolteca-chichimecas de Cholula una serie de terrenos entre cuyos linderos meridionales se enumeran los pueblos de Acatlan, Chiautla, Petlalcingo, Chila y Tzotzollan (Sosola).
Por otra parte, también los señoríos de unos nietos de Xólotl establecidos en el siglo XIII en Zacatlán y Tenamític llegaban hasta la Mixteca. Qué tan profunda fue la huella dejada por esta infiltración de gente nueva, es difícil decirlo, pero sí sabemos que Coixtlahuaca llegó a ser un reino dilatado y poderosísimo, dado que en 1458 encontramos que la Mixtequilla o parte de ella dependía de Coixtlahuaca.
FUNDACIÓN DE LOS REINOS MIXTECOS
A través de los códices y las tradiciones se puede distinguir todavía otra época más, la de la formación de los reinos y cacicazgos en la Mixteca Alta. El año 692 es la fecha más temprana a que se ha llegado por medio de las genealogías dinásticas de los códices de esta región; pero Caso piensa que es posible llevarlas otro siglo más atrás, o sea hasta el año 600. Creemos que en los datos de las tradiciones citadas, y en la parte primera de los códices que tratan de los orígenes de los primeros pobladores y los primeros señores -si bien fuertemente influidos por los mitos-, se reflejan situaciones y hechos históricos.
La tradición, recogida tanto por el padre De los Reyes como por Burgoa, sobre los fundadores de las dinastías mixtecas, dice claramente que éstos fueron de un origen distinto y mucho más reciente que el resto de la población, y además, eran de filiación lingüística diferente a la de los antiguos habitantes, pero que adoptaron el idioma de estos verdaderos mixtecos. Si así fue, esta primera población era ya macro-otomangue, pero ignoramos quiénes fueron los primeros invasores de la Mixteca así como la época de su llegada, o si hubo varias inmigraciones; sin embargo, de su importante papel en la historia mixteca, no se puede dudar cuando la tradición dice que "trajeron los mandamientos y leyes a la tierra".
Códices y tradiciones parecen simbolizar las diferencias de origen por medio de distintos tipos de nacimientos: los meros mixtecos nacieron de la tierra, los nuevos señores descendieron de los árboles de Apoala y, en un caso, de Achiutla. En los códices se encuentran casamientos entre ambos tipos. Por la gran importancia dada a estos dos lugares, Apoala y Achiutla en conexión con los primeros pobladores, vamos a examinar más detenidamente las leyendas que a ellos se refieren, y su relación con las dinastías de las que hablan los códices.
Entonces encontramos que el pasaje de De los Reyes donde se dice: "los dichos señores que salieron de Apoala se habían hecho cuatro partes y se dividieron de tal suerte que se apoderaron de toda la Mixteca", parece tener su paralelo en el Códice Nuttall, donde está representada toda la peregrinación de cuatro hermanos míticos: 7 Quiahuitl, 1 Quiahuitl, 4 Coatl y 7 Coatl.
Pero es Burgoa quien liga la tradición de Apoala con los señores de Tilantongo, al decir que según un códice indígena "los hijos de aquellos árboles de Apoala… saliendo a conquistar tierras, divididos, el más alentado de ellos llegó al país de Tilantongo, y armado de arco, saetas y escudo, no hallando con quién ejercitar sus armas… juzgó que (el sol) era el defensor de aquella tierra y que se la impedía con los ardientes rayos que enviaba, y desenvainaba las saetas de la aljaba" entablando combate con el sol, mientras tanto se hacía tarde y al ver el sol ponerse todo rojo detrás de una montaña, pensó que se estaba muriendo, dejando por suya la tierra, y lo "hizo fundamento para ser un señorío y magnífico reino, el más estimado y venerado entre los reyes de esta Mixteca… de donde se extendió el lustre de todos los caciques que se dividieron en todas las cuatro partes de la Mixteca Alta y Baja, de Oriente y Ocaso, Norte y Sur".
Pero si suponemos que estas cuatro partes correspondían a las regiones nombradas por De los Reyes, veremos que podrían también identificarse con los más poderosos reinos mixtecos: Coixtlahuaca, en la Mixteca Baja; Tlaxiaco, en la cordillera hasta Putla; Tututepec, en la costa, y Tilantongo en la Mixteca Alta; cuyas casas reinantes estaban probablemente emparentadas por casamientos, según en el mismo párrafo refiere Burgoa del reino de Tilantongo, que era "el más estimado y venerado entre los reyes de esta Mixteca, con tanta estimación, que para calificarse de nobles los caciques alegan tienen algún ramo de aquel tronco".
Lo que establece una situación análoga a la de los toltecas en el centro de México. Un ejemplo de esto nos da el Expediente de Tututepec al decir que una de las cacicas era originaria de Tlaxiaco.
Otro sitio mencionado en los códices y las tradiciones es Achiutla, el centro religioso de La Mixteca. Ya vimos cómo una mujer de la dinastía pre-Tilantongo nació de un árbol en Achiutla. La leyenda, copiada por Burgoa de un códice indígena y de pinturas murales del palacio de Achiutla, se refiere a un personaje llamado Dzahuindanda y que ciertamente se puede identificar con Atonal de Coixtlahuaca, por la semejanza que existe entre los nombres atonal, que es el símbolo diurno para agua, y dzahui que quiere decir lluvia.
Solamente que, por una parte, el informante de Burgoa debe de haber fundido en uno al Atonal de los toltecas, quienes, según los Anales de Cuauhtitlán, en 1168 d. C., se establecieron en Coixtlahuaca y Tamazola (entre otras ciudades), y que en la Historia tolteca-chichimeca se menciona junto con Moquiuix, Timal y muchos otros, como hijos célebres de los chichimecas que salieron de Chicomostoc; y por otra, con Atonal, rey de Coixtlahuaca en tiempos de Moteczuma I; porque es poco probable que un pueblo que ha dado pruebas tan evidentes de su calidad de historiador como lo demuestran seis siglos de genealogías, se equivocara en sus códices acerca de lo que pasó 200 años atrás. Una deificación parece igualmente poco probable, visto que Atonal fue derrotado por Moteczuma I y traicionado por los suyos. Pero veamos lo que nos cuenta Burgoa, acerca de Dzahuindanda, quien fue
un capitán esforzadísimo que tuvieron… que gobernó los ejércitos de su iglesia, y que para poner en campaña todos los soldados que quería, tenía una gran talega o saco, y se subía a aquel monte (a legua y media al oriente de Achiutla) y por virtud superior, y en unas colinas espaciosas, se ponía en medio y haciendo oración a su dios, le pedía los soldados que quería, y sacudiendo la talega, salían de ella ejércitos copiosísimos con sus armas y rodelas y en aquel país los disciplinaba… afirman que al Emperador Moteczuma puso en tanto aprieto que lo cercó en los contornos de México …
De especial interés en este relato es la mención de "los ejércitos de su iglesia", un dato que sí debe referirse a Achiutla, que entonces quizá estaba ligada a Coixtlahuaca, mientras en otras ocasiones, según el mismo Burgoa, dependía de Tilantongo.
Hay, finalmente, una serie de indicios de que la zona mixteca estuvo fuertemente ligada a los toltecas. Las dos culturas tienen un número de rasgos en común que sólo pueden explicarse por una larga convivencia entre ambos pueblos o partes de ellos. Además, podemos suponer que tal convivencia tuvo lugar en la época inmediatamente anterior a la fundación del imperio de Tula, porque rasgos de tal importancia como son el uso de nombres personales compuestos de un primer nombre calendárico más otro (como Aguila para hombres y Quechquemill para mujeres), no son fácilmente importados y aparecen desde el mismo principio de los códices, o sea antes del siglo octavo. También la mayoría de los dioses llevan tales nombres.
La existencia del culto a Quetzalcóatl es otro rasgo de igual antigüedad; se conoce arqueológicamente y de él descendían los reyes de Tilantongo. Por último, los mixtecos tenían una versión particular del sistema calendárico: usaban los mismos portadores de años como el sistema mexicano, con la diferencia de tener doce años de retraso, en forma que, por ejemplo, un año 2 acatl azteca equivalía a 1 acatl mixteco.
Jiménez Moreno piensa que posiblemente también los toltecas seguían esta manera de contar. Si podemos fiarnos de los datos de los códices -que en apariencia son de una sorprendente fidelidad-, esta gran antigüedad de los dos primeros rasgos puede también indicar que son originarios de La Mixteca. Aquí cabe también mencionar que Jiménez, basándose en las tradiciones de que Mixcóatl se fue hacia estos rumbos y que más tarde Quetzalcóatl mandó sus enviados a la Mixteca, ha expresado alguna vez la sospecha de que Mixcoatl y el gran conquistador mixteco, 8 Venado, fueron una misma persona.
Sin embargo, de acuerdo con los códices, 8 Venado nació en 1011 y murió en 1063; Mixcoatl, en cambio, nació en 896 o 908 y falleció en 935 o 947. Por otra parte, si nos apegamos a lo que dice la leyenda de que fueron los nuevos señores -no mixtecos-, quienes trajeron los mandamientos y las leyes a esta tierra, podía ser el Valle de Morelos un posible lugar de convivencia para toltecas y mixtecos. Esta región ofrece analogías con ambas culturas, si recordamos que el Tepozteco también tenía su nombre calendárico Ometochtli (deidad además de la gente mexicana de Piaztla), y ciertas semejanzas apreciables en las ruinas de Xochicalco. Además Xochicalco principia alrededor de 750 d. C., o sea en una fecha muy cercana a la fundación de las dinastías reinantes de la Mixteca Alta, según los códices.
Si estas influencias les llegaron del norte, algunos de sus portadores tienen que haber sido fuertemente nahuatizados y, mientras la mayoría fue absorbida por los verdaderos mixtecos y adoptaron su idioma, otros deben de haberse conservado más puros. Esto explicaría la existencia del mexicano "corruto" de la provincia de Totola que se habló en Piaztla, y quizá el aislado dialecto mexicano hablado por los "chichimecas" del puerto de Huatulco. Este último lugar formaba parte del reino de Tututepec.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Los datos para la organización social son escasos e inconexos, en lo que se refiere a términos de parentesco y organización clánica; y en cuanto a los casamientos, son interesantísimos, únicos en Mesoamérica por su extensión y autenticidad. Este contraste entre la escasez de datos referentes a la gran masa del pueblo mixteco frente a un abundante material acerca de una limitada sección de su sociedad, como lo son las genealogías reales de Tilantongo y Teozacualco, desvirtúa forzosamente cualquier imagen de la sociedad mixteca. Siendo así la situación, hemos tenido muchas veces que recurrir a comparaciones, y las interpretaciones dadas resultan por lo tanto hipotéticas.
Sin embargo, las investigaciones modernas que se hagan en el campo podrán solucionar varios de los problemas que aquí surgen; ante todo, sobre el sistema de términos de parentesco, y en algún grado lo relativo a reglas de casamiento y herencia de tierras, permitiendo así clasificar el tipo de organización social de los mixtecos.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA La Mixteca estaba básicamente dividida en un gran número de señoríos formados cada uno por un pueblo y su comarca inmediata, que en algunos casos equivalía a un centro ceremonial con sus rancherías. En el momento de la Conquista, la mayoría de ellos se hallaban agrupados en una serie de provincias o principados de diversos tamaños, mientras otros seguían independientes. A los más grandes, como Coixtlahuaca, Tilantongo, Tlaxiaco y Tututepec se les otorga en las crónicas el título de reinos. A la cabeza de cada uno de estos reinos estaba una ciudad que, ya fuera por el mayor prestigio del linaje de sus caciques, su importancia como centro religioso o simplemente por su riqueza o fuerza militar, había logrado poner bajo su dominio a los señoríos vecinos. A esto hay que añadir guerras, alianzas y casamientos para conservar y aumentar el reinado. Además existían convenios estilo feudal, en que un cacique poderoso se comprometía a defender a un pequeño señorío agrícola a cambio de un tributo. Hasta qué punto los reyes de tales ciudades ejercían su soberanía sobre los señoríos sujetados, es difícil saberlo, porque estos últimos parecen haber gozado de una considerable libertad en sus asuntos internos. Su principal obligación para con el rey era pagarle un tributo y, en caso de guerra, darle soldados; de otro modo no se explica que un pueblo como Yanhuitlán, que dependía de Tilantongo o de Coixtlahuaca, fuese lo bastante poderoso para poblar Cuilapan y para casar a una de sus cacicas con un príncipe zapoteco. Si así fue, los reinos mixtecos fueron más bien una confederación de señoríos que "estados" absolutos.
Tales federaciones no deben de haber sido muy estables, ya que los señoríos de las periferias se desligaban con mucha facilidad pasando a formar parte de otro reino cercano o quedando independiente según mejor convenía a su política.
Una excepción ofrecía probablemente Tututepec, el reino más poderoso de La Mixteca, que se extendía sobre más de 200 km a lo largo de la costa pacífica, desde la frontera de Guerrero hasta el puerto de Huatulco. Tenemos la impresión de que su dominio fue mucho más absoluto, porque según la Relación de Cozautepec tenía este pueblo un gobernador de Tututepec que nombraba principales, ayudas, etcétera. Tales medidas se explican, eventualmente, por el hecho de que mientras los demás reinos -salvo Coixtlahuaca, que era centro chocho con una mayoría mixteca- fueron mucho más uniformes en su composición étnica, Tututepec tenía bajo su dominio a pueblos amuzgos, mexicanos y zapotecas y quizá todavía otros, ya que la frontera con Guerrero ofrece un gran número de dialectos locales. Sin embargo, ni la gran diversidad de unidades políticas ni las diferencias dialectales parecen haber excluido la existencia de un sentimiento nacionalista mixteco. Fueron considerados como una nación por todos los cronistas: Herrera habla del reino mixteco y hasta Burgoa, al discutir las guerras y alianzas con los zapotecos, los trata como una unidad bajo el rey mixteco. Esto sugiere que uno de los varios reinos existentes gozaba de un prestigio y una preponderancia especial. Finalmente, en casos de agresión e insurrección, se reunían grandes partes de La Mixteca.
GOBIERNO
A la cabeza de cada pueblo estaba un cacique hereditario, quien -en principio- era su máxima autoridad, un señor de horca y cuchillo. Sin embargo, en la mayoría de los casos este poder absoluto fue considerablemente limitado por la existencia de ayudantes, consejeros y regidores. Claro está que tal situación no excluye la posibilidad de que en algunos pequeños cacicazgos el cacique gobernase solo, como lo dicen sus relaciones; pero podemos aceptar como un hecho que el resto de los señores no fallaba en ningún caso importante, sin antes haber tomado parecer a sus consejeros, los cuales a su vez se regían por un cuerpo de leyes tradicionales.
De los poderes y funciones de los caciques, el único que se especifica en las Relaciones es el de juez, o, con las palabras de la Relación de Juxtlahuaca: "…les servían como á Señores sin Replica. Se abia de hazer y poner en execución / lo que el cacique mandava aunque mandase quitar las vidas, a todos los del pueblo."
Podemos presuponer que también fue jefe supremo en tiempo de guerra. En cuanto a la religión, veremos cómo el cacique escogía a los niños que entraban en los templos y que más tarde debían ser sacerdotes, y que también en caso de delito era juez de los sacerdotes, pero por lo demás no parece haber intervenido en los asuntos religiosos.
El primer tipo de organización política que nos presentan las Relaciones geográficas es el de gobierno por el cacique solo. Pueblos de este tipo fueron Nochixtlán, Almoloyas, Mitlatongo, Tamazola, Teozacualco, Los Peñoles, Zacatepec y Cahuitlán con su partido. Mas es casi seguro que todos ellos tuvieron una organización más complicada, por el estilo de algunos de los tipos que en seguida discutiremos, y que su aparente simplicidad se debe a una omisión, especialmente por tratarse de relaciones muy someras.
El siguiente tipo está representado por los pueblos de la zona occidental (amuzgo-mixteco y mixteco puro) y se caracteriza por gobierno de un cacique, quien empleaba a sus parientes como intermediarios. Como ejemplo puede servir la Relación de Justlahuaca.
El gobierno que tenian era obedecer lo que sus caciques les mandaban, los cuales siempre tenian en sus casas cercanos parientes que vivian / en otra parte de donde el cacique estava y á estos acudian todos los demas naturales del pueblo y les davan cuenta de sus negocios. / y estos comunicaban todo lo que el cacique queria .
El tipo más evolucionado de gobierno mixteco lo encontramos en los pueblos de la Mixteca Baja, donde el cacique dependía, por completo de sus consejeros, principales o sacerdotes. Del primer tipo, o sea, con un consejo de principales, fueron los pueblos de Chila, Petlalcingo y Piaztla; citaremos la primera de estas Relaciones:
… se gobernauan por sus caciques y señores naturales, los quales hazian sus leyes y ordenancas a su modo, con acuerdo de todos los principales del pueblo, y nunca el dicho cacique hazia ninguna cosa por si solo sino que, para cualquier cosa de Justicia que se vuiese de hazer, los juntava a todos, digo los principales, y ante todos se trataua de la cosa y entre todos de comun acuerdo determinaua, y aquello se exceutaua…Un consejo de sacerdotes se conocía en los pueblos de Acatlán e Icxitlán; veamos lo que dice la primera de estas Relaciones:
… eran governados por su cacique natural, el cual para su gobierno se ayudaba del Consejo de los sacerdotes de su gentilidad, a los quales cometia la exceución de la justicia y con estos trataua y consultada lo que se avia de hazer, y oya el mismo por su persona las quejas de los que venían a el y junto todo el Consejo determinauan lo que se avia de hazer y despues los sacerdotes executavan la determinación …Del mismo tipo de los dos anteriores, sólo que con más lujo de detalles quizá debido a que se refiere a una ciudad grande, es la relación copiada por Herrera de su reino mixteco:
… y porque todos los negocios los determinaba el Cacique, i no osaban entrar adonde estaba, tenian dos Relatores que en su lengua llamaban Medianeros, en un Aposento del palacio adonde oían los negociantes, los quales referian al Señor y bolvian con las respuestas. Eran los consejeros del Señor Hombres Ancianos, sabios i mui esperimentados, que primero havian sido Papas en los Templos, i, procuraban de ser afables o darles buenos espedientes i recibian presentes de joias, i cosas de comer: el que alcanzaba licencia para hablar con el cacique, entraba descalqo, sin levantar los ojos, no escupia, ni tosia, ni ponia los pies en la estera adonde estaba asentado el cacique …Se ha hablado mucho de los pueblos mixtecos como monarquías teocráticas. Hasta ahora, los únicos lugares donde se dice claramente que el consejo fuese compuesto por sacerdotes son Acatlán e Icxitlán. Creenlos, por lo tanto, que la situación más común entre los míxtecos es la referida por Herrera: al decir que los miembros del consejo del cacique fueron "Hombres Ancianos… que primero havian sido Papas en los Templos". En tal caso, el cargo de consejeros se daba automáticamente a principales que antes habían desempeñado un número estipulado de cargos públicos (como novicios en los templos, después sacerdotes, calpixques, etcétera). Tomando en este sentido los datos sobre la organización política que hasta ahora hemos visto, los mixtecos no fueron más teocráticos que el resto de los pueblos de alta cultura en México. Sin embargo, el gobierno de Tilantongo, tal como nos lo presenta su Relación, fue francamente teocrático, pero de allí a un monarca-sumo sacerdote el paso es muy largo. Nos queda, sin embargo, la pequeña "república" de Achiutla, donde no se menciona a cacique alguno, sino que se dice lo que un descendiente del último sumo sacerdote relató a Burgoa: el sumo sacerdote gobernaba "y los demás principales se conformaban con su buen gobierno". Esto parece indicar la existencia de un linaje de sumo sacerdotes-señores en Achiutla, suposición que queda reforzada por el hecho de que el hijo había sido educado para suceder a su padre en el cargo de sumo sacerdote. Nos falta ahora ver la Relación de Tilantongo:
… el Señor natural tenia quatro Regidores los quales le gobernaban todo el Reyno y ante ellos pasaban todos sus pleytos y despues para deterrninallas yban a su señor a darle cuenta dellos. Y el mas sabio de estos hera presidente y los demas heran sus quavjutores. Y estos determinaban las cosas de sus sacrificios y de Cuando alguno se abia de bender. Y los demas negocios que entre ellos pasaban. Y el sacerdote y patriarca dellos hera el que determinaba las cosas de las guerras, y cosas que se abian de hazer, y estos quatro Regidores andaban bestidos con vnas capas largas de mantas de algodon pintadas a manera de capas de licenciados… y quando faltaba presidente elegían al sacerdote que en aquel tiempo hera, y el sacerdote no habia de dormir de noche ni beber vino ni llegar a muger. Y para hazcue que se desistiese del sagerdocio y no pudiese busar del, le hazian beber bino y casar.Esta última frase es digna de tomarse en cuenta, ya que pudiese indicar una tendencia a librarse de la preponderancia política inherente a ciertos cargos sacerdotales. Una situación análoga podía haber existido en el reino mixteco, porque como lo hace constar Herrera, los sacerdotes disponían de poderosos medios para llevarse a las masas crédulas, especialmente en un pueblo tan profundamente religioso como fue el mixteco:
… i los papas fueron mui estimados de los caciques: no hacían cosa sin su consejo: regian los excreitos, i las repúblicas: reprebendian los vicios, i quando no havia enmienda amenaqaban con hambre, guerras, i mortandad, i con la ira de los dioses: teníamos por santos i asi eran muy estimados.Si comparamos esta cita con la antenor, sobre el gobierno en el reino mixteco, los sacerdotes resultan ser en este caso el poder detrás del trono.
Nos queda una última variante de organización política, la cual proviene del pueblo de Tejupan (mixteco y chocho), y que se distingue de los demás por ser el único lugar donde el cacique no tornaba una parte activa en el gobierno, pues dice: "Este principal y cacique ponia otro indio principal que los governase, y este ponia vno en cada barrio, que los rrigiese".
Henos aquí al frente de una serie de datos, que por diversos e incompletos dificultan -como siempre- formular conclusiones acerca de lo que fue la típica organización política entre los mixtecos. La más difundida parece, sin embargo, haber sido la de un gobierno por cacicazgo hereditario ayudado por un consejo de ancianos nobles (¿parientes del cacique?). Nos inclinamos a pensar que los diversos aspectos que anteriormente se discutieron existiesen, y que es dentro del campo de la organización política y social donde hay.que esperar encontrar diferencias muy significativas de la cultura mixteca vista en conjunto.
domingo, 13 de julio de 2014
Los tlaxcaltecas 1
La palabra tlaxcala proviene del náhuatl "tlaxcalli" que quiere
decir tortilla o pan de maíz, se elude la sílaba final "lli" por la
locativa plural "lla", formándose el vocal "tlaxcalla" donde la "ll"
forma parte de dos sílabas distintas "tlaxcal-la", significando "lugar
de tortillas o pan de maíz".
Las huellas de los primeros pobladores de Tlaxcala datan de hace 12 000 años, cuando grupos nómadas dejaron testimonio de su estadía, mediante una punta de proyectil bifacial tipo "clovis", muy similar a las utilizadas por cazadores del altiplano sudoeste de los Estados Unidos de Norteamérica, y cuya antigüedad se sitúa entre los 13 000 y 10 000 años. El artefacto fue encontrado en 1957 por los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en las laderas del Cerro Coaxapo, adyacentes al poblado de San Juan Chaucingo del municipio de Tetla. Artefactos similares, pero con una antigüedad de 9 000 años fueron descubiertos en dos sitios que se localizan a 8 kilómetros al norte, y 8 Kilómetros al este de la ciudad de Tlaxcala.
Estos primeros habitantes de Tlaxcala vivían de la recolección de frutos silvestres, de la captura de pequeños animales, así como de formas elementales de caza. No conocían habitaciones permanentes, ni animales domésticos. Gradualmente debió aparecer la división del trabajo por sexos, en la cual las mujeres se dedicaban a las labores de la recolección de plantas y frutas, y los hombres a la caza. Las técnicas aprendidas en cada una de estas dos grandes actividades, la acumulación de inventos, descubrimientos y conocimientos generan un excedente que aumenta la producción necesaria de alimentos. Así la reserva de alimentos deriva en una división del trabajo perfeccionada y en el crecimiento de la población.
La sobreproducción desembocó en la "revolución neolítica", con la que comienza la agricultura y la crianza de animales. En un principio la reserva de alimentos entre la siembra y la cosecha fue muy elemental, por lo que la agricultura fue una actividad secundaria respecto a la recolección y a la caza. Pero la importancia de la agricultura y la crianza de animales, radica en que por primera vez el hombre somete la producción de los medios de subsistencia a su control directo.
La historia de Tlaxcala, no puede entenderse sin recordar a la historia de los cuatro señoríos prehispánicos de Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuixtlán, cuyos pobladores concurrieron a la fundación de la capital de Tlaxcala en el siglo XVI.
¿Quiénes fueron los artífices de los cuatro señoríos que conforman la República de Tlaxcala gobernada por un Senado? Los viejos cronistas afirman que los tlaxcaltecas fueron el sexto de los siete linajes que salieron de Chicomostoc (lugar de las siete cuevas), llegando en su peregrinar a los llanos de Poyoauhtlan el año de 1208.
En esos llanos, ubicados entre las poblaciones actuales de Texcoco y Chimalhuacán, estado de México, combatieron con los tepanecas saliendo victoriosos. Pese a ello, decidieron continuar su peregrinaje, pues Camaxtli, dios de los tlaxcaltecas, les orientó diciéndoles: uncantonazoncantlathuiz, oncanyazque ayancomican. "Adelante habéis de pasar y no es aquí aún donde ha de amanecer y hacer sol y resplandecer con sus propios y refulgentes rayos".
Hacía 1350 abandonaron los llanos de Poyoauhtlán, dividiéndose en dos grupos: los que peregrinaron hacia el norte de Texcoco, llegando al territorio del actual estado de Hidalgo, donde fundaron Tulancingo y Huauchinango, y los que atravesaron la sierra nevada por Amecameca, y rodeando la falda del volcán Popocatépetl pasaron por Huejotzingo y Cholula, hasta llegar a Contla y pasar de ahí a Tepectipac, en el año de 1 380, donde fundan el primer señorío.
La sobreproducción desembocó en la "revolución neolítica", con la que comienza la agricultura y la crianza de animales. En un principio la reserva de alimentos entre la siembra y la cosecha fue muy elemental, por lo que la agricultura fue una actividad secundaria respecto a la recolección y a la caza. Pero la importancia de la agricultura y la crianza de animales, radica en que por primera vez el hombre somete la producción de los medios de subsistencia a su control directo.
La historia de Tlaxcala, no puede entenderse sin recordar a la historia de los cuatro señoríos prehispánicos de Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuixtlán, cuyos pobladores concurrieron a la fundación de la capital de Tlaxcala en el siglo XVI.
¿Quiénes fueron los artífices de los cuatro señoríos que conforman la República de Tlaxcala gobernada por un Senado? Los viejos cronistas afirman que los tlaxcaltecas fueron el sexto de los siete linajes que salieron de Chicomostoc (lugar de las siete cuevas), llegando en su peregrinar a los llanos de Poyoauhtlan el año de 1208.
En esos llanos, ubicados entre las poblaciones actuales de Texcoco y Chimalhuacán, estado de México, combatieron con los tepanecas saliendo victoriosos. Pese a ello, decidieron continuar su peregrinaje, pues Camaxtli, dios de los tlaxcaltecas, les orientó diciéndoles: uncantonazoncantlathuiz, oncanyazque ayancomican. "Adelante habéis de pasar y no es aquí aún donde ha de amanecer y hacer sol y resplandecer con sus propios y refulgentes rayos".
Hacía 1350 abandonaron los llanos de Poyoauhtlán, dividiéndose en dos grupos: los que peregrinaron hacia el norte de Texcoco, llegando al territorio del actual estado de Hidalgo, donde fundaron Tulancingo y Huauchinango, y los que atravesaron la sierra nevada por Amecameca, y rodeando la falda del volcán Popocatépetl pasaron por Huejotzingo y Cholula, hasta llegar a Contla y pasar de ahí a Tepectipac, en el año de 1 380, donde fundan el primer señorío.
Las huellas de los primeros pobladores de Tlaxcala datan de hace 12 000 años, cuando grupos nómadas dejaron testimonio de su estadía, mediante una punta de proyectil bifacial tipo "clovis", muy similar a las utilizadas por cazadores del altiplano sudoeste de los Estados Unidos de Norteamérica, y cuya antigüedad se sitúa entre los 13 000 y 10 000 años. El artefacto fue encontrado en 1957 por los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en las laderas del Cerro Coaxapo, adyacentes al poblado de San Juan Chaucingo del municipio de Tetla. Artefactos similares, pero con una antigüedad de 9 000 años fueron descubiertos en dos sitios que se localizan a 8 kilómetros al norte, y 8 Kilómetros al este de la ciudad de Tlaxcala.
Estos primeros habitantes de Tlaxcala vivían de la recolección de frutos silvestres, de la captura de pequeños animales, así como de formas elementales de caza. No conocían habitaciones permanentes, ni animales domésticos. Gradualmente debió aparecer la división del trabajo por sexos, en la cual las mujeres se dedicaban a las labores de la recolección de plantas y frutas, y los hombres a la caza. Las técnicas aprendidas en cada una de estas dos grandes actividades, la acumulación de inventos, descubrimientos y conocimientos generan un excedente que aumenta la producción necesaria de alimentos. Así la reserva de alimentos deriva en una división del trabajo perfeccionada y en el crecimiento de la población.
La sobreproducción desembocó en la "revolución neolítica", con la que comienza la agricultura y la crianza de animales. En un principio la reserva de alimentos entre la siembra y la cosecha fue muy elemental, por lo que la agricultura fue una actividad secundaria respecto a la recolección y a la caza. Pero la importancia de la agricultura y la crianza de animales, radica en que por primera vez el hombre somete la producción de los medios de subsistencia a su control directo.
La historia de Tlaxcala, no puede entenderse sin recordar a la historia de los cuatro señoríos prehispánicos de Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuixtlán, cuyos pobladores concurrieron a la fundación de la capital de Tlaxcala en el siglo XVI.
¿Quiénes fueron los artífices de los cuatro señoríos que conforman la República de Tlaxcala gobernada por un Senado? Los viejos cronistas afirman que los tlaxcaltecas fueron el sexto de los siete linajes que salieron de Chicomostoc (lugar de las siete cuevas), llegando en su peregrinar a los llanos de Poyoauhtlan el año de 1208.
En esos llanos, ubicados entre las poblaciones actuales de Texcoco y Chimalhuacán, estado de México, combatieron con los tepanecas saliendo victoriosos. Pese a ello, decidieron continuar su peregrinaje, pues Camaxtli, dios de los tlaxcaltecas, les orientó diciéndoles: uncantonazoncantlathuiz, oncanyazque ayancomican. "Adelante habéis de pasar y no es aquí aún donde ha de amanecer y hacer sol y resplandecer con sus propios y refulgentes rayos".
Hacía 1350 abandonaron los llanos de Poyoauhtlán, dividiéndose en dos grupos: los que peregrinaron hacia el norte de Texcoco, llegando al territorio del actual estado de Hidalgo, donde fundaron Tulancingo y Huauchinango, y los que atravesaron la sierra nevada por Amecameca, y rodeando la falda del volcán Popocatépetl pasaron por Huejotzingo y Cholula, hasta llegar a Contla y pasar de ahí a Tepectipac, en el año de 1 380, donde fundan el primer señorío.
La sobreproducción desembocó en la "revolución neolítica", con la que comienza la agricultura y la crianza de animales. En un principio la reserva de alimentos entre la siembra y la cosecha fue muy elemental, por lo que la agricultura fue una actividad secundaria respecto a la recolección y a la caza. Pero la importancia de la agricultura y la crianza de animales, radica en que por primera vez el hombre somete la producción de los medios de subsistencia a su control directo.
La historia de Tlaxcala, no puede entenderse sin recordar a la historia de los cuatro señoríos prehispánicos de Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuixtlán, cuyos pobladores concurrieron a la fundación de la capital de Tlaxcala en el siglo XVI.
¿Quiénes fueron los artífices de los cuatro señoríos que conforman la República de Tlaxcala gobernada por un Senado? Los viejos cronistas afirman que los tlaxcaltecas fueron el sexto de los siete linajes que salieron de Chicomostoc (lugar de las siete cuevas), llegando en su peregrinar a los llanos de Poyoauhtlan el año de 1208.
En esos llanos, ubicados entre las poblaciones actuales de Texcoco y Chimalhuacán, estado de México, combatieron con los tepanecas saliendo victoriosos. Pese a ello, decidieron continuar su peregrinaje, pues Camaxtli, dios de los tlaxcaltecas, les orientó diciéndoles: uncantonazoncantlathuiz, oncanyazque ayancomican. "Adelante habéis de pasar y no es aquí aún donde ha de amanecer y hacer sol y resplandecer con sus propios y refulgentes rayos".
Hacía 1350 abandonaron los llanos de Poyoauhtlán, dividiéndose en dos grupos: los que peregrinaron hacia el norte de Texcoco, llegando al territorio del actual estado de Hidalgo, donde fundaron Tulancingo y Huauchinango, y los que atravesaron la sierra nevada por Amecameca, y rodeando la falda del volcán Popocatépetl pasaron por Huejotzingo y Cholula, hasta llegar a Contla y pasar de ahí a Tepectipac, en el año de 1 380, donde fundan el primer señorío.
Constelaciones de la antigüedad
Constelaciones de la antigüedad
Las estrellas interpretadas según su posición por culturas distantes
http://montero.org.mx/constelaciones.htmUna constelación en astronomía, es una agrupación convencional de estrellas cuya posición en el cielo nocturno es aparentemente tan cercana que los astrónomos de civilizaciones antiguas decidieron vincularlas mediante líneas imaginarias, ideando así figuras sobre la bóveda celeste. En la inmensidad del espacio, en cambio, las estrellas de una constelación no están, necesariamente asociadas; incluso pueden encontrarse a cientos de años luz unas de otras. Además, dichos grupos son completamente arbitrarios, ya que distintas culturas han ideado constelaciones diferentes, incluso vinculando las mismas estrellas. Aun así, algunos conjuntos tienden a reaparecer, ya sea por su configuración tan peculiar, como es el caso de Scorpius, el escorpión.
Algunas constelaciones son muy antiguas, pues fueron ideadas hace muchos siglos por los pueblos que habitaban las regiones del Medio Oriente y el Mediterráneo. Otras, en cambio, tuvieron su origen en tiempos más recientes, cuando los viajes a otros lugares, hasta entonces desconocidos, llevaron a los navegantes europeos a explorar los mares del sur (aunque los pueblos que habitaban las regiones australes ya habían nombrado sus propias constelaciones). Se acostumbra separar las constelaciones en dos grupos, dependiendo el hemisferio celeste dónde se encuentren: constelaciones septentrionales, las ubicadas al norte del ecuador celeste, y constelaciones australes, al sur.
A partir de 1928, la Unión Astronómica Internacional (UAI) decidió reagrupar oficialmente la esfera celeste en 88 constelaciones con límites precisos, tal que todo punto en el cielo quedara dentro de los límites de una figura. Antes de dicho año, eran reconocidas otras constelaciones menores que luego cayeron en el olvido; muchas, ya no se recuerdan.
Occidente hoy en día |
México antes de la presencia europea |
Orión es la constelación más prominente. Sus estrellas brillantes y visibles desde ambos hemisferios hacen que sea reconocida universalmente. |
Al cinturón de Orión los mexicas le denominaban Mamalhuaztli, que son los palos con que se prendía el Fuego Nuevo, Códice Florentino. |
Las Pléyades, que significa "palomas" en griego, también conocidas como Las Siete Hermanas o Cabrillas, es un objeto visible a simple vista en el cielo nocturno con un prominente lugar en la mitología antigua. |
Las Pléyades eran denominadas por los mexicas Tianquiztli, que significa el mercado, Códice Florentino. |
Géminis, los mellizos, es la tercera constelación del zodiaco. |
Para los mexicas, Géminis era denominada Citlaltlachtli, que significa juego de pelota, Códice Florentino. |
La Osa Menor. |
La Osa Menor era denominada por los mexicas Xonecuilli, Códice Florentino. |
Constelación de Escorpión. |
La constelación de Escorpión era para los mexicas Colotl Ixayac, para los mayas, Zinaan Ek. Personaje con elementos estelares y cola de escorpión, Cacaxtla. |
Lluvia de estrellas. |
A una estrella fugaz se le denomina en náhuatl Citlalin tlamina, Códice Florentino. |
El cometa Halley. |
A un cometa se le denomina en náhuatl citlalin popoca, significa: estrella que humea, Códice Durán. |
El cielo nocturno. |
Tezcatlipoca, en advocación de El Cielo Nocturno. |
La Vía Láctea. |
Iztac Mixcoatl, en advocación de la Vía Láctea. |
El Sol visto por modernos aparatos. |
El Sol visto como una deidad antropomorfa en la
|
La Luna. |
La Luna con su advocación de Coyolxauhqui. |
Un eclipse de Sol. |
Representación de un eclipse como un jaguar que devora al Sol, Año 1325 d. C. Teotenango. |
Venus. |
Tlahuizcalpantecutli, Venus matutino, Códice Borgia. |
Venus. |
Quetzalcóatl, Venus vespertino, Códice Borgia. |
Otros elementos astronómicos de comparación
Occidente hoy en día |
México antes de la presencia europea |
Astrónomo operando un telescopio
|
Astrónomo observando el cielo
|
Observatorio de la UNAM
|
Edificio para la observación del cielo, Códice Bodley. |
Telescopio para ver el cielo |
Horqueta como instrumento para ver el cielo, Códice Bodley. |
Por qué hay tantos lugares en México cuyos nombres terminan en -tla, -pa, -ca, -cingo, etc.?
Por qué hay tantos lugares en México cuyos nombres terminan en -tla, -pa, -ca, -cingo, etc.?
Estos nombres vienen del náhuatl, porque los españoles adoptaban las vocalizaciones ya existentes y solo creaban un alterno poniendo los apelativos de nombres cristianos por ejemplo san miguel mihuapan, san jose tecatitlan, era mas sencillo asi usando la usada por las lenguas indígenas, ademas tambien evitaron el usar otras lenguas al principio , de esta manera se perdieron nombres originales
En donde el español tiene preposiciones(palabras como: de, en, sobre, detrás de, cerca de, etc.) para expresar relaciones locativas, el náhuatl tiene una serie de preposiciones. Entre ellas están -tla(n), -pa(n), -ca(n) y -c(o), todas significando algo como ‘en’, o ‘en el lugar de’. Para nombrar los lugares, los "nahuatlahtohqueh" (hablantes del náhuatl) utilizaban la sufijación de estas formas a raíces sustantivas sencillas o compuestas, y esos nombres todavía se utilizan actualmente, aunque sea en forma hispanizada.
Por ejemplo, Cuautla viene de cuauh-tlan /kwaw-tlan/ ‘árbol-lugar’, o sea ‘bosque’, Tlalpan de tlal-pan /tlāl-pan/ ‘tierra-en’ ‘en la tierra’ (a la orilla del lago), Tehuacán de teo-a-can /teo-ā-kan/ ‘dios-agua-lugar’ ‘lugar de aguas sagradas’, etc. La terminación -cingo viene de la combinación de -tzin honorifico o diminutivo’ con -co. Así, el nombre Ocosingo viene del náhuatl oco-tzin-co ‘ocote-honorifico-locativo’ ‘lugar de los ocotes (pinos) sagrados/chicos’. La terminación -tenango es de te-nan-co /-tē-nān-ko/ ‘poseedor.no.especificado-madre-locativo’ y probablemente hace referencia o a una diosa, o a una aparición de la Virgen María u otra santa.
saludos
a los interesados les recordamos la direccion
http://groups.msn.com/Azcatl-TezozomocCalpulli/nahuatl.msnw
las dudas las resuelve el hermano citlaquiahuitl
Estos nombres vienen del náhuatl, porque los españoles adoptaban las vocalizaciones ya existentes y solo creaban un alterno poniendo los apelativos de nombres cristianos por ejemplo san miguel mihuapan, san jose tecatitlan, era mas sencillo asi usando la usada por las lenguas indígenas, ademas tambien evitaron el usar otras lenguas al principio , de esta manera se perdieron nombres originales
En donde el español tiene preposiciones(palabras como: de, en, sobre, detrás de, cerca de, etc.) para expresar relaciones locativas, el náhuatl tiene una serie de preposiciones. Entre ellas están -tla(n), -pa(n), -ca(n) y -c(o), todas significando algo como ‘en’, o ‘en el lugar de’. Para nombrar los lugares, los "nahuatlahtohqueh" (hablantes del náhuatl) utilizaban la sufijación de estas formas a raíces sustantivas sencillas o compuestas, y esos nombres todavía se utilizan actualmente, aunque sea en forma hispanizada.
Por ejemplo, Cuautla viene de cuauh-tlan /kwaw-tlan/ ‘árbol-lugar’, o sea ‘bosque’, Tlalpan de tlal-pan /tlāl-pan/ ‘tierra-en’ ‘en la tierra’ (a la orilla del lago), Tehuacán de teo-a-can /teo-ā-kan/ ‘dios-agua-lugar’ ‘lugar de aguas sagradas’, etc. La terminación -cingo viene de la combinación de -tzin honorifico o diminutivo’ con -co. Así, el nombre Ocosingo viene del náhuatl oco-tzin-co ‘ocote-honorifico-locativo’ ‘lugar de los ocotes (pinos) sagrados/chicos’. La terminación -tenango es de te-nan-co /-tē-nān-ko/ ‘poseedor.no.especificado-madre-locativo’ y probablemente hace referencia o a una diosa, o a una aparición de la Virgen María u otra santa.
saludos
a los interesados les recordamos la direccion
http://groups.msn.com/Azcatl-TezozomocCalpulli/nahuatl.msnw
las dudas las resuelve el hermano citlaquiahuitl
Los tarascos
Los Tarascos
El pueblo tarasco
Los Tarascos
ocuparon parte del territorio actual de los estados de Michoacán y
Jalisco. Sus antepasados eran náhoas del mismo grupo de los aztecas, los
cuales al llegar a las orillas del lago de Pátzcuaro, se quedaron a
poblar esas tierras por la fecundidad y la bonanza del clima. Pelearon
contra los primitivos pobladores de esas tierras y los vencieron. Vivían
del cultivo de sus campos sin perder la proverbial bravura de su raza.
Trabajaban la pluma primorosamente
El cultivo de
maíz, el chile, el fríjol y la pesca en los lagos eran las actividades
que les proporcionaban alimento. En las artes mayores (el cultura,
arquitectura y pintura mural) no destacaron, pero en las artes menores
como la cerámica, los tejidos, los bordados y las joyas fueron hábiles
artesanos. Nadie los aventajó en la confección de mosaicos y objetos de
plumas. Combinaban los colores naturales con pinturas que fabricaban,
especialmente los tonos del rojo y el azul.
No tuvieron rival en las artes domésticas
Los antiguos
Tarascos fabricaban con gusto y arte natural platos, bandejas, bateas,
ollas, jarros y jícaras multicolores. Eran artistas insuperable del
decorado familiar y destacaban en los tejidos y bordados. Trabajaban el
oro, la plata y el cobre y algunas piedras preciosas, rivalizando con
los mixteco zapotecas en el arte de la joyería. Los caciques y señores
llevaban vestidos con ricos adornos y alhajas elegantes.
Religión de los tarascos
Creían en la
inmortalidad del alma, el premio de los buenos y el castigo de los malos
en la otra vida. Hacían sacrificios por muertos. El Dios del pueblo era
Curicaveri, representado por el sol y el fuego. Era el Dios de la
guerra. Su nombre quiere decir el que hace que se haga la llama o la
luz. Adoraban también a la luna, esposa del sol, de la cual había un
templo importante en Tzin Tzun Tzan, una de las capitales.
Fundaron y originaron un reino fuerte
Fueron un
pueblo muy unido y de gran sentimiento patriótico. Contra su monarquía
no pudieron nada los aztecas. El rey llevaba el título de Irecha. Las
capitales fueron Pátzcuaro, Tzin Tzun Tzan y Coyucan. La monarquía era
hereditaria. Los nobles hacían una elección simulada pues en nuevo rey
ya había sido designado por el anterior e incluso había gobernado con
él, algún tiempo, como rey electo asociado.
Notables reyes tarascos
El fundador de
la única dinastía Tarasca fue el rey Hireticátame. Se casó con la
hermana de un cacique vecino, se enojó con éste y fue vencido por él,
quien gobernó mientras vivió, dejando el reino a su sobrino Sicuirancha.
Curátame, nieto de éste, ensanchó el reino y lo dividió entre sus
hijos. Uno de éstos fue padre de Tariácuri, el mayor de los reyes
tarascos. Tangaxoan venció a los aztecas. En tiempos de Tangaxoan II,
llegaron los españoles y los Tarascos se sometieron voluntariamente.
Tarascos o Purépechas,
pueblo de lengua independiente que habita en el estado de Michoacan,
en México. Su historia primitiva se conoce a través de escasas fuentes
históricas que ubican su origen en la localidad de Zacapu, Michoacán, y
que se refieren a la fundación de sus principales asentamientos
(Tingambato, Carapan, Ihuatzio y otros, distribuidos en parte de los
estados de guanajuato, Queretaro,Colima, Jalisco, Guerrero y Estado de
México).
Se
conocen datos sobre su religión, su organización política, sus
gobernantes y sus respectivas dinastías, así como sobre los principales
hechos históricos que protagonizaron. Existen pruebas de que en el
momento de la llegada de los españoles en el siglo XVI, ya habían
desarrollado una civilización independiente. La capital era
Tzintzuntzan, ‘lugar de colibríes’, junto al ñago de Patzcuaro, en donde
construyeron las ‘yácatas’, monumentos únicos que destacan por su
forma, pero que no se comparan con otras obras arquitectónicas en cuanto
a vistosidad. Consisten en una especie de túmulos en forma de T revestidos de piedras cortadas.
Los
tarascos o purépechas eran famosos por sus espectaculares mosaicos, los
cuales confeccionaban con plumas de colores, y por sus pipas de barro o
arcilla. Hoy destacan por los tejidos, lacados y su artesanía en madera.
La agricultura y la pesca constituyen sus principales medios de
subsistencia
Cuando en el
año 1522 llegaron los conquistadores españoles, los miembros de la corte
y el último Calzontzinsoberano de la nación, procuraron ganarse su
amistad. Como parte de su rendicion pacifica, les dieron a sus hijas
como mujeres y los llamaron "tarascos" que en su lengua quiere decir
"yerno". Los españoles creyeron que ese significado era del pueblo,
cuando en realidad era "purépecha". en si decirles tarascos si es algo
peyorativo, es decir insultante.
Antes de ellos
existieron los michuaques, de donde toma el nombre el estado, es palabra
nahua michumacuan,ahi estuvieron estos primeros habitantes del
occidente de México , de pensamiento muy primitivo. Su arte se puede
considerar como "realismo ingenuo", pero con una asombrosa potencia
creadora. La palabra "michoaque" siginifica: Habitantes del lugar del
pescado. Existen diversos lienzos que de alguna manera están
relacionados directamente con la historia de los Tarascos. Por ejemplo:
El lienzo de
Jucutácato. Documento que esclarece la historia del Michoacán
prehispánico. Se supone que fue elaborado en la década de 1530 a 1540,
basado en la tradición oral. Recuerda a los códices prehispánicos.
El lienzo es
un tejido muy fino de fibras de algodón que mide 2.63 mts. de largo por
2.03 mts. de ancho. Los colores usados son el negro y el naranja.
Existen otros lienzos que están relacionados con la historia antigua de
Michoacán, como el lienzo de Carapán, el de Puacuaro y el de Nahuatzen.
El lienzo
trata de la migración de artífices nahuas que van al valle de México y
de ahí a la zona de Zacapu y las cercanías de Uruapan; y se establecen
en Xiuhquillan de donde más tarde partirían en busca de minas. Los
estudios parecen coincidir en que se trata de un documento relacionado
con la técnica del cobre.
Segun algunos descifradores, la palabra purépecha significa en nuestra lengua «el que visita» o «el visitante».
Para otros era
el titulo que se le daba al emperador o el equivalente al cacique o
tlatoani, aunque esto ultimo no me parece muy convincente.
Chupicuaro
La
cultura Chupícuaro toma su nombre del sitio localizado cerca del río
Lerma, hoy cubierto por la Presa Solís, cerca de Acámbaro en el estado
de Guanajuato. Corresponde al período Preclásico o Formativo, por lo que
cronológicamente se sitúa entre los 400 a.C. y 200 d.C., época del
florecimiento de Teotihuacan en el llamado Altiplano Central.
La cultura Chupícuaro es de gran importancia en la subregión mesoamericana llamada Occidente de México, con una amplia distribución en varios estados y evidentes influencias en el Altiplano Central, el norte de México y el suroeste de los Estados Unidos de Norteamérica, en especial en la tradición Hohokam.
Algunos autores opinan que la cultura Chupícuaro en el occidente y el norte de México, tiene la misma importancia que la olmeca en el resto de Mesoamérica.
Los grupos pertenecientes a la cultura Chupícuaro buscaron las márgenes de los ríos y lagunas para establecerse formando aldeas dispersas con una estructura social igualitaria; los sitios típicos varían con unidades domésticas compuestas de una casa de un solo aposento y su entorno circundante de actividad que por lo general contenía basureros, lugares de almacenamiento, áreas específicas de trabajo de hombres, de mujeres y hasta entierros de miembros de la familia, sin arquitectura monumental ni esculturas en piedra, sólo se han hallado restos de alineaciones de rocas en la superficie.
De esta época únicamente se conocen tumbas e inhumaciones excavadas directamente en el suelo, ya que sabemos muy poco de las unidades habitacionales, sólo los entierros y sus ofrendas nos han permitido, en parte, reconstruir el modo de vida de los habitantes de las aldeas. El hombre de Chupícuaro vivía de la recolección de frutos y semillas, de la caza y la-pesca además del cultivo del maíz, el cual molía en metates de piedra; utilizó la concha y el hueso para hacer adornos como collares y orejeras e implementos como agujas, leznas y punzones, con la obsidana se fabricaron navajas y puntas de proyectil.
Los antiguos habitantes de Chupícuaro formaron un gran centro alfarero donde modelaron a mano, ya que desconocían el torno, recipientes y figurillas de gran calidad estética con conocimiento de la forma y las proporciones.
Chupícuaro tuvo un importante desarrollo cultural y expansión de su estilo en áreas alejadas al centro difusor e influyó en tradiciones alfareras que llegaron a perdurar hasta fines del período Clásico, inclusive hasta el Posclásico, como se aprecia en la cerámica tarasca de Michoacán.
Una de las características mas interesantes de la cerámica Chupícuaro es la división entre las vajillas monocromas o de un solo color que puede ser rojo, negro o café brillante. Al carecer de decoración, su belleza radica sólo en sus elegantes formas y las pintadas con motivos geométricos en colores negro, rojo y blanco que pueden cubrir total o parcialmente la vasija. Los temas fueron cuidadosamente ejecutados y debieron requerir considerable tiempo y precisión para su ejecución.
En México, el oficio de elaborar objetos de barro es muy antiguo. Hace 2 500 años los pueblos prehispánicos descubrieron la flexibilidad de este material, al moldearlo y agregarle ciertos elementos como conchas molidas, arena o estiércol lo hicieron más maleable. Primero trabajaron con técnicas de cocción y decoración sencillas que dieron origen a formas simples, copiando las vegetales como la calabaza; una vez conocidas estas técnicas, el desarrollo de la alfarería fue ilimitado, entonces produjeron objetos utilitarios, ceremoniales o funerarios, que llegan a ser verdaderas obras de arte.
Así, al referirme al arte cerámico tendría que enumerar ciertas características que le son comunes a estos pueblos, como el de una estupenda habilidad manual que les permitió plasmar en infinidad de objetos su conocimiento de la naturaleza y su cercanía con ella, su observación que enseña al hombre la transformación de la misma, concepto fundamental del hombre prehispánico, su sensibilidad plástica al crear un arte, tanto religioso, como profano y cotidiano.
Un ejemplo de la diversidad artística de las culturas mesoamericanas es la plástica de Chupícuaro que produjo gran cantidad de vasijas y figurillas de fino acabado y decoración, gracias a lo cual se le considera una de las más bellas de México, y es bien conocida por los especialistas y el público en general. En los museos nacionales como el de Antropología, de la Ciudad de México, en los de Morelia, Guanajuato, Monterrey, Guadalajara y en algunos museos extranjeros, se exhiben abundantes piezas de este arte cerámico.
Los pigmentos más comunes son el rojo, el negro y el blanco que se obtenían de elementos naturales: el color rojo se logra con óxido de hierro puro o con un barro que contiene un alto porcentaje de hematita, el color blanco con caolín o tierra blanca, o carbonato de calcio y el negro con carbón o magnetita.
Las vasijas tienen una calidad constante y adoptan formas variadas que siempre presentan contornos globulares o hemisféricos, o bien elementos compuestos con líneas curvas. Son muy raros los fondos planos y las paredes rectas, ejemplo de esto serían las ollas, tecomates, vasos, copas, cajetes arriñonados, cucharas, patojos (recipientes en forma de pie), cuencos, vasijas trípodes con soportes huecos, del tipo llamado pata de araña, mamiformes, cónicos o bien piramidales.
Ejemplos extraordinarios de la cultura Chupícuaro son las vasijas antropomorfas que representan partes del cuerpo humano, cabezas, caras, piernas y pies, combinando técnicas como el modelado y la pintura para dar un efecto realista. En el arte funerario de esta época temprana se observa la predilección por las imágenes de aves y peces, ya que idealizaron los animales de los cuales se servían para su supervivencia y por la importancia de estos en la dieta, además en el caso de las aves por el papel que ocupan en la cosmología como mensajeros divinos, portando las semillas en los ritos agrícolas.
Los diseños decorativos se pintan sobre la pieza, como son combinaciones geométricas, se repiten y varían ligeramente en torno a 12 temas básicos que son: líneas en zigzag, espirales, cadenas de rombos, cadenas de cuadrados a manera de tablero de ajedrez, triángulos entrelazados, líneas diagonales bordeadas por escalones, líneas cruzadas sombreadas, rombos punteados, rombos sencillos, triángulos escalonados, elementos cruciformes y bandas de líneas paralelas. Los dibujos presentan una perfecta armonía, son proporcionados y parecen ser una abstracción de los motivos textiles.
Se cuenta con vasijas miniatura de tres a cinco centímetros de altura que siguen las formas y decoraciones de las de mayor tamaño, como tecomates, cajetes trípodes, vasos y ollas con cuello divergente; se presentan en dos modalidades, monocromas y policromas, probablemente fueron usadas como juguetes. Los instrumentos musicales de arcilla forman un grupo interesante, ya que en estas sociedades tempranas jugaron un papel destacado en la realización de ceremonias o ritos; en su mayoría se hallaron en asociación a entierros infantiles, lo que nos lleva a pensar que tuvieron un interés especial para los infantes. Se representan, aunque con escasez, figurillas de músicos, casi siempre masculinos, pues al parecer esta actividad no la realizaban las mujeres. Los instrumentos ;musicales más comunes fueron los silbatos antropomorfos, ocarinas con cuerpos globulares o rectangulares, flautas curvas o rectas, sonajas esféricas con o sin mango, así como en forma de aves, con decoración al pastillaje.
En cuanto a las representaciones humanas modeladas en barro, las hay huecas que siguen la misma decoración de las vasijas, así como sólidas que son las más notables por la calidad y complejidad. Las figuritas de Chupícuaro son pequeñas obras de arte hechas con delicadeza y simplicidad. Este tipo está realizado a base de pastillaje que consiste en añadir tiras de barro a la superficie, la decoración se centra en la cabeza, se caracterizan por tener los ojos alargados y la nariz extendida hacia la barbilla, dejando el resto del cuerpo sin ornamentación; los cuerpos son pequeños en proporción a la cabeza, la cual puede medir la mitad de la altura total de la figurilla que va de 7 a 13 centímetros, un reducido número de ellas tiene sólo indicadas las manos y los pies. La mayoría de las figurillas están de pie, cuando aparecen sentadas, las piernas son cortas y los brazos descansan en el pecho o abdomen.
Algunas piezas muestran ornamentación pintada en el cuerpo, como líneas en las piernas y pintura en el cabello; en general, las figurillas masculinas tienen el pelo de color blanco y las femeninas de rojo y se encuentran siempre desnudas, la vestimenta, cuando la tenemos representada, consiste de bragueros, en las masculinas y cintas en las femeninas, como parte de la vestimenta se observa lo que podrían ser sandalias esquematizadas y se señalan como pelotitas de barro sobre los pies.
Las figurillas presentan multitud de ornamentos como collares, orejeras, brazaletes y ajorcas. Los tocados son complicados, destacan las bandas entrelazadas en las que se fijaban una serie de adornos alargados como broches y lo que podríamos llamar diademas que tal vez representen a las realizadas de textiles; se le daba mucha atención a los ornamentos y al peinado, el peinado el más común fue el del pelo acomodado en mechones por la mitad de la cabeza y con una especie de fleco sobre la frente.
Las figuras huecas miden aproximadamente de 30 a 35 centímetros, todas son representaciones femeninas, están de pie y tienen las piernas gruesas, con vientres abultados que sugieren embarazo, con muy poco o casi nulo énfasis en el pecho. Por lo general, las manos descansan sobre el vientre y en contraposición a las anteriores, no tienen ornamentos corporales, algunas muestran perforaciones en los lóbulos de las orejas.
Es a través de las figurillas de barro que se puede observar las costumbres de este pueblo, como la falta de vestimenta, la pintura corporal y facial, el uso de turbantes o vendas frontales en la cabeza, y para complementar el adorno el uso de ornamentos y peinados complicados que fueron reproducidos por el artista con gran esmero.
Durante esta época temprana, la mayoría de las figurillas representan mujeres, lo que denotaría un culto a la maternidad y por ende a la fertilidad de la tierra; los rasgos sexuales son bien definidos y muchas veces cargan infantes o bien están embarazadas. Tal vez se trate de una cultura en la que las mujeres representaban la esencia de la vida social, ya que juegan un papel importante en las tareas agrícolas en la producción de alimentos, en la crianza de los niños y en otras actividades comunales.
Ejemplo de este culto a la maternidad en Chupícuaro son las figurillas recostadas en cunas o camas, tal vez sean reproducciones de las reales hechas de tule o mimbre; tienen dos agarraderas a veces con una ave posada sobre el asa o formando una unidad que consta de una figurilla junto a una cuna con otro individuo dentro. La actividad alfarera, además de sus características variadas es un medio de comunicación, un medio de contacto entre el artífice y el mundo exterior y puesto que estas obras fueron depositadas en los entierros como ofrendas, nos preguntamos si esa comunicación podría ser con los espíritus, con los animales, con las almas de los muertos, con la naturaleza. Sea como fuere, este arte es el mensaje que un individuo o un grupo dirige a otros dentro de esta cultura temprana anterior a la era cristiana.
La cultura Chupícuaro es de gran importancia en la subregión mesoamericana llamada Occidente de México, con una amplia distribución en varios estados y evidentes influencias en el Altiplano Central, el norte de México y el suroeste de los Estados Unidos de Norteamérica, en especial en la tradición Hohokam.
Algunos autores opinan que la cultura Chupícuaro en el occidente y el norte de México, tiene la misma importancia que la olmeca en el resto de Mesoamérica.
Los grupos pertenecientes a la cultura Chupícuaro buscaron las márgenes de los ríos y lagunas para establecerse formando aldeas dispersas con una estructura social igualitaria; los sitios típicos varían con unidades domésticas compuestas de una casa de un solo aposento y su entorno circundante de actividad que por lo general contenía basureros, lugares de almacenamiento, áreas específicas de trabajo de hombres, de mujeres y hasta entierros de miembros de la familia, sin arquitectura monumental ni esculturas en piedra, sólo se han hallado restos de alineaciones de rocas en la superficie.
De esta época únicamente se conocen tumbas e inhumaciones excavadas directamente en el suelo, ya que sabemos muy poco de las unidades habitacionales, sólo los entierros y sus ofrendas nos han permitido, en parte, reconstruir el modo de vida de los habitantes de las aldeas. El hombre de Chupícuaro vivía de la recolección de frutos y semillas, de la caza y la-pesca además del cultivo del maíz, el cual molía en metates de piedra; utilizó la concha y el hueso para hacer adornos como collares y orejeras e implementos como agujas, leznas y punzones, con la obsidana se fabricaron navajas y puntas de proyectil.
Los antiguos habitantes de Chupícuaro formaron un gran centro alfarero donde modelaron a mano, ya que desconocían el torno, recipientes y figurillas de gran calidad estética con conocimiento de la forma y las proporciones.
Chupícuaro tuvo un importante desarrollo cultural y expansión de su estilo en áreas alejadas al centro difusor e influyó en tradiciones alfareras que llegaron a perdurar hasta fines del período Clásico, inclusive hasta el Posclásico, como se aprecia en la cerámica tarasca de Michoacán.
Una de las características mas interesantes de la cerámica Chupícuaro es la división entre las vajillas monocromas o de un solo color que puede ser rojo, negro o café brillante. Al carecer de decoración, su belleza radica sólo en sus elegantes formas y las pintadas con motivos geométricos en colores negro, rojo y blanco que pueden cubrir total o parcialmente la vasija. Los temas fueron cuidadosamente ejecutados y debieron requerir considerable tiempo y precisión para su ejecución.
En México, el oficio de elaborar objetos de barro es muy antiguo. Hace 2 500 años los pueblos prehispánicos descubrieron la flexibilidad de este material, al moldearlo y agregarle ciertos elementos como conchas molidas, arena o estiércol lo hicieron más maleable. Primero trabajaron con técnicas de cocción y decoración sencillas que dieron origen a formas simples, copiando las vegetales como la calabaza; una vez conocidas estas técnicas, el desarrollo de la alfarería fue ilimitado, entonces produjeron objetos utilitarios, ceremoniales o funerarios, que llegan a ser verdaderas obras de arte.
Así, al referirme al arte cerámico tendría que enumerar ciertas características que le son comunes a estos pueblos, como el de una estupenda habilidad manual que les permitió plasmar en infinidad de objetos su conocimiento de la naturaleza y su cercanía con ella, su observación que enseña al hombre la transformación de la misma, concepto fundamental del hombre prehispánico, su sensibilidad plástica al crear un arte, tanto religioso, como profano y cotidiano.
Un ejemplo de la diversidad artística de las culturas mesoamericanas es la plástica de Chupícuaro que produjo gran cantidad de vasijas y figurillas de fino acabado y decoración, gracias a lo cual se le considera una de las más bellas de México, y es bien conocida por los especialistas y el público en general. En los museos nacionales como el de Antropología, de la Ciudad de México, en los de Morelia, Guanajuato, Monterrey, Guadalajara y en algunos museos extranjeros, se exhiben abundantes piezas de este arte cerámico.
Los pigmentos más comunes son el rojo, el negro y el blanco que se obtenían de elementos naturales: el color rojo se logra con óxido de hierro puro o con un barro que contiene un alto porcentaje de hematita, el color blanco con caolín o tierra blanca, o carbonato de calcio y el negro con carbón o magnetita.
Las vasijas tienen una calidad constante y adoptan formas variadas que siempre presentan contornos globulares o hemisféricos, o bien elementos compuestos con líneas curvas. Son muy raros los fondos planos y las paredes rectas, ejemplo de esto serían las ollas, tecomates, vasos, copas, cajetes arriñonados, cucharas, patojos (recipientes en forma de pie), cuencos, vasijas trípodes con soportes huecos, del tipo llamado pata de araña, mamiformes, cónicos o bien piramidales.
Ejemplos extraordinarios de la cultura Chupícuaro son las vasijas antropomorfas que representan partes del cuerpo humano, cabezas, caras, piernas y pies, combinando técnicas como el modelado y la pintura para dar un efecto realista. En el arte funerario de esta época temprana se observa la predilección por las imágenes de aves y peces, ya que idealizaron los animales de los cuales se servían para su supervivencia y por la importancia de estos en la dieta, además en el caso de las aves por el papel que ocupan en la cosmología como mensajeros divinos, portando las semillas en los ritos agrícolas.
Los diseños decorativos se pintan sobre la pieza, como son combinaciones geométricas, se repiten y varían ligeramente en torno a 12 temas básicos que son: líneas en zigzag, espirales, cadenas de rombos, cadenas de cuadrados a manera de tablero de ajedrez, triángulos entrelazados, líneas diagonales bordeadas por escalones, líneas cruzadas sombreadas, rombos punteados, rombos sencillos, triángulos escalonados, elementos cruciformes y bandas de líneas paralelas. Los dibujos presentan una perfecta armonía, son proporcionados y parecen ser una abstracción de los motivos textiles.
Se cuenta con vasijas miniatura de tres a cinco centímetros de altura que siguen las formas y decoraciones de las de mayor tamaño, como tecomates, cajetes trípodes, vasos y ollas con cuello divergente; se presentan en dos modalidades, monocromas y policromas, probablemente fueron usadas como juguetes. Los instrumentos musicales de arcilla forman un grupo interesante, ya que en estas sociedades tempranas jugaron un papel destacado en la realización de ceremonias o ritos; en su mayoría se hallaron en asociación a entierros infantiles, lo que nos lleva a pensar que tuvieron un interés especial para los infantes. Se representan, aunque con escasez, figurillas de músicos, casi siempre masculinos, pues al parecer esta actividad no la realizaban las mujeres. Los instrumentos ;musicales más comunes fueron los silbatos antropomorfos, ocarinas con cuerpos globulares o rectangulares, flautas curvas o rectas, sonajas esféricas con o sin mango, así como en forma de aves, con decoración al pastillaje.
En cuanto a las representaciones humanas modeladas en barro, las hay huecas que siguen la misma decoración de las vasijas, así como sólidas que son las más notables por la calidad y complejidad. Las figuritas de Chupícuaro son pequeñas obras de arte hechas con delicadeza y simplicidad. Este tipo está realizado a base de pastillaje que consiste en añadir tiras de barro a la superficie, la decoración se centra en la cabeza, se caracterizan por tener los ojos alargados y la nariz extendida hacia la barbilla, dejando el resto del cuerpo sin ornamentación; los cuerpos son pequeños en proporción a la cabeza, la cual puede medir la mitad de la altura total de la figurilla que va de 7 a 13 centímetros, un reducido número de ellas tiene sólo indicadas las manos y los pies. La mayoría de las figurillas están de pie, cuando aparecen sentadas, las piernas son cortas y los brazos descansan en el pecho o abdomen.
Algunas piezas muestran ornamentación pintada en el cuerpo, como líneas en las piernas y pintura en el cabello; en general, las figurillas masculinas tienen el pelo de color blanco y las femeninas de rojo y se encuentran siempre desnudas, la vestimenta, cuando la tenemos representada, consiste de bragueros, en las masculinas y cintas en las femeninas, como parte de la vestimenta se observa lo que podrían ser sandalias esquematizadas y se señalan como pelotitas de barro sobre los pies.
Las figurillas presentan multitud de ornamentos como collares, orejeras, brazaletes y ajorcas. Los tocados son complicados, destacan las bandas entrelazadas en las que se fijaban una serie de adornos alargados como broches y lo que podríamos llamar diademas que tal vez representen a las realizadas de textiles; se le daba mucha atención a los ornamentos y al peinado, el peinado el más común fue el del pelo acomodado en mechones por la mitad de la cabeza y con una especie de fleco sobre la frente.
Las figuras huecas miden aproximadamente de 30 a 35 centímetros, todas son representaciones femeninas, están de pie y tienen las piernas gruesas, con vientres abultados que sugieren embarazo, con muy poco o casi nulo énfasis en el pecho. Por lo general, las manos descansan sobre el vientre y en contraposición a las anteriores, no tienen ornamentos corporales, algunas muestran perforaciones en los lóbulos de las orejas.
Es a través de las figurillas de barro que se puede observar las costumbres de este pueblo, como la falta de vestimenta, la pintura corporal y facial, el uso de turbantes o vendas frontales en la cabeza, y para complementar el adorno el uso de ornamentos y peinados complicados que fueron reproducidos por el artista con gran esmero.
Durante esta época temprana, la mayoría de las figurillas representan mujeres, lo que denotaría un culto a la maternidad y por ende a la fertilidad de la tierra; los rasgos sexuales son bien definidos y muchas veces cargan infantes o bien están embarazadas. Tal vez se trate de una cultura en la que las mujeres representaban la esencia de la vida social, ya que juegan un papel importante en las tareas agrícolas en la producción de alimentos, en la crianza de los niños y en otras actividades comunales.
Ejemplo de este culto a la maternidad en Chupícuaro son las figurillas recostadas en cunas o camas, tal vez sean reproducciones de las reales hechas de tule o mimbre; tienen dos agarraderas a veces con una ave posada sobre el asa o formando una unidad que consta de una figurilla junto a una cuna con otro individuo dentro. La actividad alfarera, además de sus características variadas es un medio de comunicación, un medio de contacto entre el artífice y el mundo exterior y puesto que estas obras fueron depositadas en los entierros como ofrendas, nos preguntamos si esa comunicación podría ser con los espíritus, con los animales, con las almas de los muertos, con la naturaleza. Sea como fuere, este arte es el mensaje que un individuo o un grupo dirige a otros dentro de esta cultura temprana anterior a la era cristiana.
Cholula
En el altiplano mexicano se encuentra una maravilla poco apreciada, o al menos poco conocida y comentada, me refiero a Cholula
La ciudad de Cholula estaba distribuida en barrios,
su división territorial correspondía a las distintas identidades étnicas
que convivían en ella. En La Historia Tolteca Chichimeca se indica que
los olmecas xicalancas gobernaban la ciudad con diez señores
principales, dos de ellos con los títulos Aquiach y Tlalchiac y que se
continuaron usando hasta periodos posteriores. El primero de estos
señores tenía una arma de águila y el segundo de jaguar y se nombraban
entre los religiosos del Templo de Quetzalcoatl, nobles del barrio de
Tiznquiznauac. Los iniciados en esta religión recibían una capa negra
por cuatro años, después otra negra con una cenefa roja por el mismo
tiempo, una roja con negro pasados los cuatro siguientes; pasados los
cuales se les daba una negra para el resto de su vida. Los sacerdotes
nombrados con el tìtulo de Aquiach y Tlalchiach gobernaban y elegían a
los reyes que venían a Cholula a traer ofrendas a Quetzalcoatl, además
se perforaban la nariz, orejas o labios, según el rango.
Cuando la estirpe Tolteca de Tula llegó a su ocaso, luego de un largo peregrinar, conquistaron y derrotaron a los olmecas xicalancas de la región; estos grupos se van a relacionar, más tarde, con los barrios que se continuaron durante la época colonial e incluso aún hoy en dia.
Cuando la estirpe Tolteca de Tula llegó a su ocaso, luego de un largo peregrinar, conquistaron y derrotaron a los olmecas xicalancas de la región; estos grupos se van a relacionar, más tarde, con los barrios que se continuaron durante la época colonial e incluso aún hoy en dia.
Al parecer los chichimecas llegaron a Tollan
Chollolan un día 4 yerba después de visitar en su peregrinar muchos
lugares; Marquina menciona que la salida de los toltecas se realizó en
el 1 pedernal y que cuando llegaron a Cholula, suplicaron vivir en la
comarca; se les autorizó establecerse y les proporcionaron armas viejas
para su sobrevivencia; cuando estaban dispuestos a irse Tezcatlipoca les
ordenó que hicieran la guerra y derrotaran a los olmecas xicalancas
para ocupar el gobierno. Probablemente este pasaje de La Historia
Tolteca Chichimeca se refiere a la última ocupación de Cholula y a la
fundación de la nueva ciudad.
La forma de gobierno en Cholula no fue siempre la misma. Torquemada menciona que luego de su fundación, después de la destrucción de Tula, fue dirigida por un señor que dependía de los antiguos chichimecas; enseguida vino un gobierno rígido hecho por gente de guerra, cuyos dirigentes eran elegidos cada cierto tiempo. Más tarde, se estableció un gobierno formado por cuatro señores; cuando Quetzalcoatl se fue a Tlapalan llevó consigo cuatro discípulos de Cholula a los que ordenó regresaran a su ciudad.
La forma de gobierno en Cholula no fue siempre la misma. Torquemada menciona que luego de su fundación, después de la destrucción de Tula, fue dirigida por un señor que dependía de los antiguos chichimecas; enseguida vino un gobierno rígido hecho por gente de guerra, cuyos dirigentes eran elegidos cada cierto tiempo. Más tarde, se estableció un gobierno formado por cuatro señores; cuando Quetzalcoatl se fue a Tlapalan llevó consigo cuatro discípulos de Cholula a los que ordenó regresaran a su ciudad.
hay quienes creen, que el sitio tuvo dos apogeos: el
primero, contemporaneo al florecimiento de Teotihuacan, El Tajín y
Monte Alban con quienes sostuvo fuertes intercambios que
retroalimentaron la cultura cholulteca y el segundo, en donde Cholula,
además de controlar gran parte de la región, forma parte de un corredor
cultural-comercial vía Altiplano-Oaxaca. En este momento se observa un
gran número de núcleos poblacionales alrededor del valle. Poco antes de
su abandono, la llegada de los olmecas xicalancas y su asiento en
Cacaxtla, su capital principal, aceleró la caída del centro.
Sin embargo, la decadencia no pudo ser tan drástica
dada la importancia religiosa de la ciudad; algunos entierros de nobles y
sacerdotes del periodo Posclásico hacen considerar al sitio como un
santuario. Sin embargo, sabemos que en este último periodo la zona fue
ocupada por la gente del pueblo, quienes construyeron sus casas
habitación en distintos puntos de la misma; de hecho, la mayoría de los
entierros encontrados son de ofrendas simples, lo que hace suponer que
pertenecieron a este periodo de ocupación; situación similar ocurrió en
Monte Alban, donde se construyeron casas habitación y se reutilizaron
las tumbas.
Quizá para Cholula esta reocupación de lo que alguna vez fue una ciudad sagrada, va más allá del desuso del sitio; es probable que se debiera a los conflictos políticos, a la sobreexplotación del entorno y a la desnutrición como lo demuestran algunos esqueletos. Las fuentes históricas que mencionan sequías, informan que éstas obligaron a reducir el centro ceremonial, trasladándolo finalmente al centro del actual municipio; generalmente la monumentabilidad de un sitio arqueológico es proporcional al control (casi opresivo) del pueblo por parte de las altas jerarquías; las constantes modificaciones a los edificios y prácticamente a cualquier elemento arquitectónico simplemente representa un alarde de control político. Hay que recordar que algunos edificios de la última etapa de ocupación tenían evidencia de haber sido quemados.
Quizá para Cholula esta reocupación de lo que alguna vez fue una ciudad sagrada, va más allá del desuso del sitio; es probable que se debiera a los conflictos políticos, a la sobreexplotación del entorno y a la desnutrición como lo demuestran algunos esqueletos. Las fuentes históricas que mencionan sequías, informan que éstas obligaron a reducir el centro ceremonial, trasladándolo finalmente al centro del actual municipio; generalmente la monumentabilidad de un sitio arqueológico es proporcional al control (casi opresivo) del pueblo por parte de las altas jerarquías; las constantes modificaciones a los edificios y prácticamente a cualquier elemento arquitectónico simplemente representa un alarde de control político. Hay que recordar que algunos edificios de la última etapa de ocupación tenían evidencia de haber sido quemados.
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