Los Veinte Hilos del Tejido Cósmico,
Al igual que los trece números participan del mismo armónico.
Rotatorio-
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 = 91
Contra Rotatorio-
13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 = 91
Sumas pareadas-
14 14 14 14 14 14 14 14 14 14 14 14 14
-Los Maestros Galácticos -
Observemos los veinte cuadros, veremos que son elegantes y cósmicamente simples, incluso más que ideográficos, son icónicos, son simplemente imágenes, algunas más abstractas que otras, algunas en apariencia de rostros, una de ellas parece ser una mano, siendo la máximo en simplicidad icónica.
Los signos resultan fáciles de activar la memoria, los signos se presentan listos y sin complicaciones, aún en las pruebas más difíciles de superar, y es en ello donde reside su facilidad de manejo y su poder para curar, limpiar, energizar, magnetizar, regenerar, rejuvenecer y estabilizar, las emociones más terribles y horribles del mundo cotidiano (celos, enojo, envidia, corajes, deslealtades, traiciones, etc.)
Los veinte signos están asociados a don Hilario y Tota Pulchura Est María y las direcciones – una a Atenanco y la otra Xaxahuenco “VER”.
Las direcciones corren en orden opuestos. Lealtad – deslealtad.
Esto se debe a que tal orden complementa el orden de los números, 1-2-3… 13, qué podría decirse que corre en sentido, Honestidad – Deshonestidad. Recuérdese que, en la Tlamaxtillia de los Tepopohquetz Nahuallez – y en la vida cotidiana, el tiempo corre en dos direcciones paciencia – impaciencia simultáneamente.
El significado de las direcciones es el siguiente:
Tlahuixcalpantecuhtli – Oriente: Lugar de luz y generación. Color rojo (Popoxcomitl).
Mictlampa – Norte: Lugar de la sabiduría y purificación. Color blanco.
Cihuatlampa – Poniente: Lugar donde la semilla transmuta. Color negro (Yohualli) noche.
Huixtlampa – Sur: Lugar de vida y expansión.
Nepantla Tonatiuh – El Cosmos: La energía Cósmica. Color Azul.
Tlalnantzin Coatlicue – El vientre de la Madre Tierra, La Matriz: Germinación de la semilla. Color de la tierra.
En esta presentación, los signos describen un proceso de desarrollo, el sendero de la vida en sí, los primeros siete signos representan el ciclo del cuerpo inferior oh, ser físico, mientras los trece signos restantes describen la evolución del cuerpo mental superior, sin embargo no debería considerarse, que la evolución descrita por los últimos trece signos de ninguna manera sustituye la evolución descrita por los primeros siete signos. Todo * congruente e inter penetrante. El segundo nivel de los trece signos se divide de nuevo en dos etapas.
La primera consiste en siete signos, que comprende los signos del ocho al catorce y la segunda consiste en seis signos del quince al veinte
De modo que ahora presentamos sus asociaciones direccionales.
Desarrollo del Ser Primario
Desarrollo del Ser Superior Etapa de Realización
El primer escalón, Tecpampa, se encuentra al oriente de Texixilco: El último escalón, Xalla, se encuentra al sur. Se complementa todo un circuito, un circuito de vida. Tejido en telar de cintura de la Tlamaxtillia. Todo en él pertenece al ser, no solo como progresiones de luz sino como una escalera que habrá de ser ascendida por el héroe y la heroína por igual. Los veinte signos en su orden permanentemente cambiante definen un sendero de vida en el cual el ser físico se prepara y el cual es una etapa para las espirales mentales, superiores del ser. Es un sendero un patrón del ser que es universal. No exclusivamente de esta vida en este planeta sino de toda la vida a través del universo. En su simplicidad jeroglífica, icónica, del libro de historietas cósmicas, los veinte signos describen la aventura del destino oh. Meta como los navegantes Maestros Galácticos, Tliltic Tlacame, Xonihicta, Sueen Luu, el Maestro de la Montaña, Tlatempa, Tzillinia, Atenanco y muchos más. La han registrado con éxito mediante sus exploraciones del océano galáctico auxiliándose de la luz.
Debido a su orden direccional, el circuito total de los veinte signos puede considerarse como cinco series de engranes radiales cada uno girando en sentido contrario a las manecillas del reloj, de oriente a norte a poniente a sur; cada engrane compuesto por cuatro elementos debe imaginarse girando en fase con los otros, interactuando recíproca y armónicamente de una manera simultánea.
Igualmente imaginemos que cada uno de los cinco engranes representa una dirección en sí misma que también permite que se lleve a cabo el movimiento contrario a las manecillas de reloj. De cuatro elementos caracterizando el orden de los signos, así los primeros cuatro engranes representan las direcciones oriente-norte, poniente, sur, mientras el quinto engrane representa la estación del centro.
De esta manera se genera un patrón como don Hilario mediante el movimiento en espiral de los engranes, cada uno de los cuales constituye un factor oh, registro de la progresión de las cuatro guerreras.
A continuación, entonces, se presenta el agrupamiento de los veinte signos en cinco engranes direccionales, estacionales o familias cíclicas.
Familia cíclica del oriente: Generación de luz.
Oriente: La luz se convierte rápidamente en formas.
Norte: El viento purifica las formas.
Poniente: Las formas encuentran contenedor.
Sur: La forma genere su propia semilla
La familia cíclica del norte:
Purificación de la luz.
Oriente: La forma adopta un ser específico.
Norte: El ser específico conoce y trasciende la muerte.
Poniente: A través de la habilidad todas las cosas se transforman.
Sur: La armonía es procreada uniendo todas las cosas al mismo tiempo.
Los veinte signos como engranes de memoria: Se encuentran ocultos en la parte frontispicio de Tota Pulchura Est María.
Familia Cíclica del Poniente:
Transformación de luz.
Oriente: A través de la puerta de Xaxahuenco se siembra la semilla creativa.
Norte: A través de la lealtad y la fidelidad se guía la semilla creativa.
Poniente: A través de lo artístico la semilla creativa es dotada de poder.
Sur: Penetra la facultad creativa, haciéndolo plenamente humano.
Familia Cíclica del Sur:
Expansión de la luz.
Oriente: Descenso de los caminantes del cielo.
Norte: Sabiduría de los Tepopohquetz provenientes de las estrellas.
Poniente: Consecución de la mente planetaria.
Sur: Reunión con la fuerza cósmica y personificación de ésta.
Familia Cíclica del Centro:
Renovación de la luz.
Oriente: Alineación de la fuerza planetaria.
Norte: Ritual de entrada hacia lo intemporal.
Poniente: Transformación de la transformación.
Sur: Obtención de la mente de luz.
Representado el poder de las etapas de la escalera galáctica de luz, los signos constituyen una retícula del viaje mítico. Para habitar en los veinte signos.
En el proceso de desenvolvimiento descrito por los veinte signos, el 5o, el 10º, el 15º, y el 20º, representan articulaciones clave de las etapas evolutivas de la mente pasando a campos del ser cada vez más grandes y vastos, cada uno de estos cuatro signos está asociado con cada una de las cuatro direcciones y de ésta
El Telar de Cintura de las Cuatro Guerreras y el Guía.
Manera puede considerarse el guía el regidor de la dirección, éstos cuatro signos, en su papel de guía que todo lo puede; no se queja, no pide opinión, menos consejo, constituye el verdadero guía. -Continuará-
Nuestro más sincero agradecimiento al Calpulli Nahui Ollin Y a nuestro Maestro Artemio Solís Guzmán |
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